Países en vías de desarrollo invitados al "club de los ricos"
4 de junio de 2007El lema de la cumbre del G8, "Crecimiento y responsabilidad", no se puede concretar sin los países en vías de desarrollo, apuntaba recientemente la canciller alemana, Angela Merkel. Y tiene razón. Todos esos países registrarán un elevado crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB): México (3,5%), Brasil (4,4%), Sudáfrica (5%), la India (9,2%), y China (hasta un 10,7%). Según los datos de la Agencia Federal Alemana para el Comercio Exterior, la mayoría de estas economías seguirá creciendo en el 2007 y el 2008.
Cuánto más crezcan sus economías, con mayor confianza actuaran en el escenario internacional. Sin ellos, por ejemplo, casi nada sería viable en la Organización Mundial de Comercio (OMC) o en las negociaciones sobre protección climática. Sus empresas se están expandiendo por todo el mundo y sus representantes ya cuestionan la legitimidad del G8. Además, Brasil, la India y Sudáfrica reivindican un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los big five son miembro del G20, un grupo de países emergentes y en vías de desarrollo, creado en el 2003 en la ciudad mexicana de Cancún en el seno de la OMC, que representa a dos tercios de la población mundial. A veces, durante negociaciones económicas a nivel internacional, da la sensación de que los cinco juegan su propio juego.
Desplazamiento de poder
"El crecimiento económico en China, la India, Brasil y en Sudáfrica no conduce necesariamente a una política económica mundial a favor de los pobres". Ésta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por la organización filantrópica evangélica alemana "Brot für die Welt" ("Pan para el mundo") y el Instituto Südwind, que será presentado durante la cumbre alternativa el próximo 6 de junio en Roctock.
En países como Brasil, México, la India y Sudáfrica las diferencias entre ricos y pobres siguen siendo enormes. Una ampliación del G8 a G13, tema que se ha discutido durante los últimos días, podría debilitar la posición de los más pobres.
"De hecho, la dominancia de los ricos países industrializados en la OMC está disminuyendo, pero los intereses de los pobres en los países emergentes y en vías de desarrollo continúan siendo despreciados en el sistema mundial de comercio", explica Reinhard Koppe, director de políticas de desarrollo de "Brot für die Welt".
El estudio titulado "China, la India, Brasil y Sudáfrica: de la contradicción norte-sur a la contradicción rico-pobre en cuestiones comerciales y financieras" muestra que la ofensiva político-económica de estos países durante los últimos años ha provocado el desplazamiento del poder.
"Esos cuatro países se van a convertir en grandes potencias no sólo en sus regiones, sino también en determinados sectores a nivel mundial", anuncia Koppe. "Los países industrializados ya no consiguen imponer sus intereses ni en la OMC ni en acuerdos bilaterales y regionales si no es haciendo concesiones", añade el autor del estudio, Friedel Hütz-Adams. Y eso teniendo en cuenta que, en parte, los países emergentes se comportan contradictoriamente.
China, una amenaza
El estudio también recuerda que en la OMC, Brasil apuesta por la estrecha cooperación en el ámbito del G20 y del grupo NAMA 11, formado por Argentina, Brasil, Egipto, la India, Indonesia, Namibia, Filipinas, Sudáfrica, Túnez y Venezuela. "Al mismo tiempo, el Gobierno brasileño se muestra tolerante con las procedimientos poco transparentes de la OMC a la hora de establecer, junto con la India, conversaciones privadas con Estados Unidos, la Unión Europea y Japón."
China, que hasta ahora no ha conseguido firmar muchos acuerdos bilaterales para la liberalización del comercio, también apuesta por las negociaciones de la OMC y está dispuesta a apoyar las posiciones de otros países emergentes y en vías de desarrollo, pero, no obstante, cabe contar con que surjan conflictos de intereses, según dice Hütz-Adams, quien también advierte que, además, los gobiernos y empresas de los países industrializados ya ven los compromisos de China en África como una amenaza.
La India es la portavoz de los países en vías de desarrollo en el pacto internacional, pero eso también podría cambiar en breve. Hütz-Adams entiende su intención, junto con Brasil, de entablar negociaciones/relaciones comerciales con Estados Unidos, la UE y Japón, como una advertencia: "nadie sabe si la India seguirá apoyando las metas del G20 y del G33 en la OMC".
México, aunque aún sea considerado un país emergente, ya es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Puede que, de los cinco países invitados a la cumbre del G8, México sea el que más ha abierto su economía desde los años 90. Hoy en día, México mantiene 13 acuerdos de libre comercio con 42 Estados, siendo la UE uno de sus socios desde el año 2000. Lo que es más, el año pasado redujo las tasas de importación para 148 países miembro de la OMC.
Después de su ingreso en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta) en 1994, el mercado mexicano se vio inundado con maíz barato de Estados Unidos. Desde que los norteamericanos empezaron a utilizar el maíz para producir etanol a gran escala, el producto comenzó a escasear en México. "De ahí que en los últimos meses se desencadenaran protestas contra la subida del precio de las tortillas y que el país actúe con más cuidado en las negociaciones agrarias de la OMC", comunica Hütz-Adams. Además la expansión de China y la India representa una amenaza contra la industria tanto mexicana como brasileña, sobre todo de productos electrónicos y coches.
El estudio menciona otras divergencias entre los cinco principales países emergentes. Brasil y Sudáfrica, por ejemplo, apoyan la reforma del derecho a voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Banco Mundial (BM), para que los países más pequeños tengan más voz, mientras que la India y China quieren fortalecer sus propias posiciones en ambas instituciones.
Según la opinión de Hütz-Adams, sería interesante saber si la India y China prestarán su apoyo a la propuesta de los Estados Unidos en el ámbito de protección medioambiental. "Si fuera así, se crearía una estructura paralela a la ONU, en la que los países más pequeños no tendrían ni voz ni voto".