"Otoño caliente" ante más transporte de basura nuclear hacia Alemania
5 de noviembre de 2010Tras dos años de pausa, un nuevo convoy con 123 toneladas de residuos nucleares se ha puesto en marcha desde Francia hacia Alemania en la tarde de este viernes (5.11.2010). Sólo un par de docenas de manifestantes se reunieron en la estación ferroviaria de Valognes, al noroeste de Francia, en la arrancada de los once “contenedores para almacenamiento y transporte de material radioactivo" (Castor, por sus siglas en inglés).
Hubo “casi tantos manifestantes como periodistas”, dijo un vocero de Greenpeace. Los franceses parecen estar acostumbrados a este tipo de operaciones y contentos de librarse de la basura radioactiva, aún cuando el transporte Castor recorre casi la mitad de su ruta de 1.000 kilómetros dentro de territorio francés – comentó Greenpeace a la agencia dpa. Pero poco más tarde el convoy tuvo su primera parada forzosa: activistas del movimiento “Sortir du nucléaire” se ataron a los rieles en la entrada a la estación de Caen. En un desplegable en alemán e inglés podía leerse: “nuestra resistencia no conoce fronteras nacionales. Castor 2010, primera parte… continuará”.
Estos desechos provienen del reprocesamiento de material radioactivo de centrales nucleares germanas en una planta de La Hague y tienen como destino el almacén provisional de la localidad de Gorleben, en Baja Sajonia. “Energía atómica, ¡no gracias!” - protestan desde hace años los ecologistas alemanes, que recientemente prometieron al Gobierno alemán un “otoño caliente”. La policía germana se prepara para protestas masivas, bloqueos y sabotajes.
Mayores protestas de las últimas décadas
Según informaciones de Greenpeace, el actual convoy despide la mayor radioactividad medida en operaciones similares. “Cada uno de estos Castores contiene tanto material radioactivo como el que fue liberado en la catástrofe de Chernobyl”, aseguró Thomas Breuer, experto de la organización ecologista. La Sociedad para Servicios Nucleares, responsable del almacén de Gorleben, por su parte, asegura que las mediciones de radiación están muy por debajo de lo legalmente permitido, “sin peligro para la naturaleza o las personas”.
Unos 16.500 policías se preparan para proteger el convoy durante su ruta alemana. Los activistas germanos colocaron ya, desde la noche del jueves, una gran piedra para bloquear la vía ferroviaria cerca de Gorleben. Otros bloquearon cruces de carretera. Unos 800 escolares protestaron en la mañana de este viernes en la cercana localidad de Lüchow, informó la emisora Deutschlandfunk.
Para el sábado se espera la manifestación masiva de unas 30.000 personas, la mayor de las últimas décadas, y eso sólo en el distrito Lüchow-Dannenberg. Más de 260 autobuses habrían traído ya activistas de toda Alemania hasta el pueblo de Dannenberg, informaron los organizadores. Adicionalmente se esperan otras manifestaciones y bloqueos en el recorrido.
Conciencia ecologista vs. política energética vs. costos
El sindicato de policías calcula que el aseguramiento del convoy Castor podría costar hasta más de 50 millones de euros (más de 70 millones de dólares) al contribuyente – cifra que el presidente de la organización, Rainer Wendt, exige en forma de “impuesto de seguridad” de la industria nuclear. “Es inaceptable que ganen miles de millones anualmente, mientras le cargan al contribuyente los costos de seguridad en el transporte de su basura nuclear”, dijo Wendt.
Desde la oposición, tanto el jefe del partido socialdemócrata, Sigmar Gabriel, como el de Los Verdes, Cem Özdemir, han apoyado las protestas ciudadanas y reclaman al Gobierno estar desarrollando una política energética en contra de la voluntad popular. Ambos líderes exigieron a la canciller, Angela Merkel, que se presente personalmente al diálogo con la opinión pública en Gorleben.
“Es nuestra responsabilidad”
El ministro alemán de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, apeló a la sensatez de los manifestantes. Alemania está moral, financiera y legalmente obligada a recibir de vuelta los desechos de La Hague, “no podemos cargarle a otros nuestros lastres del pasado, el almacenamiento seguro de la basura nuclear es nuestra responsabilidad”, dijo el ministro este viernes en Berlín.
La libertad de manifestarse públicamente no justifica “poner en peligro la propia vida o la vida de otros”, declaró Röttgen. A la oposición de socialdemócratas y verdes, el ministro cristianodemócrata reprochó estarse aprovechando de las manifestaciones contra el transporte “Castor” para atentar contra la política energética del actual Gobierno, a pesar de haber autorizado ellos mismos este tipo de desplazamientos en el pasado.
¿Almacén definitivo?
En el almacén temporal de Gorleben se hallan almacenados ya 91 contenedores de desechos radioactivos, pero Alemania no tiene depósitos definitivos y el Gobierno analiza si el terreno es adecuado para otorgar al almacenamiento un carácter definitivo. La coalición gobernante de conservadores y liberales decidió, en 2009, prolongar la operación de centrales nucleares por un promedio de doce años. El gobierno de Angela Merkel revocó así el apagón progresivo dispuesto en el año 2000 por la coalición de socialdemócratas y verdes, encabezada por Gerhard Schröder.
La protección del medio ambiente en general, y el movimiento antinuclear en particular, forman parte de la conciencia cívica y política alemana y fueron responsables del surgimiento y auge del partido ecologista Los Verdes a fines de los años ‘70, así como de su reciente fortalecimiento en las encuestas.
Autora: Rosa Muñoz Lima (dpa, AFP)
Editora: Emilia Rojas Sasse