Oro del antiguo Perú en Alemania
16 de julio de 2004
Cerca de Tréveris, en Völklingen, Estado de Sarre, se hallan los altos hornos de Völklingen, declarados en 1994 "patrimonio cultural de la humanidad".
En la sala de inyectores de aire, el corazón de la acería que no ha vuelto a producir ni una tonelada de hierro desde su cierre en 1986, se exhiben por primera vez en Alemania 120 obras maestras del Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, de Lima, Perú.
Exquisitos objetos de oro, cerámica, plata y cobre dan a los alemanes un panorama de más de 3000 años de historia del antiguo Perú. 50 objetos del Museo Linden, de Stuttgart, redondean la muestra.
"Honrar culturas milenarias"
"Nosotros queremos, como patrimonio cultural de la humanidad relativamente reciente, honrar una cultura de la que surgieron ni más ni menos que otros doce sitios de la herencia cultural de la humanidad", dijo Meinrad Grewenig, director general de la muestra.
Los objetos expuestos se remontan hasta aproximadamente el año 1200 antes de Cristo. En la muestra están representadas tanto la primera alta cultura, la de Chavín (alrededor de 900 a.C.) como la de Moche (100 a.C. a 600 d.C.) y culturas predecesoras de los Incas, como las Nasca, Huari y Chimú.
"Alto grado de civilización"
La cultura Moche es una de las más fascinantes e importantes civilizaciones del antiguo Perú, destaca el museo en la presentación de la exposición.
"Su cerámica, de ricas formas y decorada con vívidos colores, es expresión de toda una cosmología y sus pirámides de tierra y tumbas de príncipes adornadas con objetos artísticos de oro y plata son testimonio de su alto grado de civilización", agrega.
Muchos de los logros políticos y culturales de la cultura mochica pasaron luego a las culturas de Chimú y luego a la Inca, en las que se encuentran nuevamente la veneración de dioses de la naturaleza, tales como el sol, la luna y la madre tierra, expresada en "fantásticos trabajos de cerámica, telas y orfebrería".
Además de los trabajos en metales preciosos y cerámica, la exposición muestra también vestimenta, como una capa de plumas de papagayo.
Uno de los objetos más valiosos es una corona de príncipe de la cultura Chavín, de más de 2500 años de antigüedad.
La suma por la que fue asegurada la exposición fue declarada confidencial. Grewenig sólo se avino a decir que "es gigantesca".