El cambio, ya
4 de febrero de 2011En realidad, el Consejo Europeo se reunía extraordinariamente para hablar de la moneda única y de la estabilidad económica en la zona euro. Sin embargo, sentados en torno a una mesa en la capital belga el día en que los egipcios se proponían marchar para despedir a Hosni Mubarak, los mandatarios europeos no podían pasar por alto la situación en el país norteafricano.
Demasiado ha tardado ya la Unión Europea en pronunciarse, dicen los críticos. Demasiada falta de contundencia ha demostrado la “voz comunitaria”. Demasiado desapercibida ha pasado desde que comenzara la ola de protestas la figura de la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton. “En los últimos 10 o 15 años, la política exterior europea ha dado pasos muy importantes”, comentaba el eurodiputado democratacristiano Elmar Brok, “pero crisis como ésta nos vuelven a demostrar que las reacciones son lentas y muchas veces con poca capacidad de adelantarse a los acontecimientos. Sin duda, hay cosas que mejorar”.
Para empezar, los 27 jefes de Estado y de Gobierno que acudieron a la cita de Bruselas optaron en esta ocasión por dirigir palabras claras a El Cario: inmediatamente debe iniciarse el proceso de transición y la preparación de nuevas elecciones. Además, los dirigentes acordaron que Ashton viaje lo antes posible a Túnez y Egipto. Sólo el nombre de Hosni Mubarak no fue pronunciado.
El cambio debe llegar “ahora”
“Exigimos y esperamos que, en este significativo viernes, las fuerzas de seguridad egipcias garanticen el derecho de los ciudadanos a manifestarse libre y pacíficamente”, declaró la canciller alemana, Angela Merkel, antes de que comenzara la sesión del Consejo. La demanda se ha convertido en una especie de coletilla que todo político europeo repite antes de cada jornada de protestas. Este viernes (04.02.2011), la oposición al régimen de Mubarak había convocado al “día de la expulsión”, y cientos de miles de personas volvieron a salir a las calles de Egipto.
Finalizado el encuentro europeo, los mandatarios presentaron una declaración en la que expresan “preocupación” por el “empeoramiento de la situación” en el país y le piden al Gobierno egipcio que responda con reformas a la voluntad de su pueblo, y no con represión. El cambio y los comicios justos deben llegar “ahora”, se expone, y se condenan las agresiones a periodistas: cualquier intento de influir en la cobertura informativa es “inaceptable”.
Aunque muchas dudas ha habido acerca de la posición de Francia e Italia, los países miembro se colocan, dice el texto, del lado de quienes piden transformaciones políticas y económicas, y están además dispuestos a apoyar sus esfuerzos. Para estrechar relaciones con las fuerzas pujantes egipcias y tunecinas y establecer vías para la asociación y la colaboración, Catherine Ashton visitará próximamente la región.
No obstante, quienes leen en detalle siguen echando de menos alguna mención explícita al presidente de Egipto. “El Consejo debería decir claramente que a Mubarak se le ha acabado el tiempo”, opinó Martin Schulz, jefe de la fracción socialdemócrata en el Parlamento Europeo.
La economía también fue tema
Y con todo, también hubo oportunidad en Bruselas para que Angela Merkel se reuniera con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y ambos presentaran su idea de un “pacto” por la competitividad en Europa. La intención es que los gobiernos se comprometan a controlar el déficit y a coordinar sus economías para poder estar a la altura en el mercado internacional. La propuesta germano-gala, que se hará más concreta en una cumbre a finales de marzo, fue recibida, sin embargo, con bastante escepticismo.
Ocasión hubo además para ocuparse del euro- “2011 será el año de la confianza en la moneda única”, dijo Merkel- y del fondo de rescate comunitario, que se prepara para instituirse como un instrumento a largo plazo y para un aumento de su cuantía todavía en discusión, aspectos todos ellos que igualmente deberán recibir forma el mes que viene.
Por último, “el mercado energético común deberá entrar en funcionamiento en 2014, de manera que el gas y la electricidad puedan circular libremente por el continente”, indica la declaración conjunta. Largo tiempo llevan los Estados miembro luchando por unirse también en este campo, de lo que esperan extraer un abaratamiento de la energía y mayor seguridad en el suministro. Ahora, se dan tres años para que tal proyecto sea realizado.
Luna Bolívar/ dpa/ rtrd/ afpd
Editor: Enrique López Magallón