Optimismo para el G-7
10 de febrero de 2007Durante dos días, los ministros de Finanzas de Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Japón y Canadá analizaron la situación de la economía mundial y discutieron fórmulas para impulsar su crecimiento.
Los representantes de los 7 países más industrializados (G7) lograron un acuerdo sobre el futuro de los fondos de alto riesgo. Aún cuando este tipo de fondos ayuda a impulsar la eficiencia del sistema financiero mundial deben mantenerse bajo vigilancia, se lee en el comunicado final.
Aunque la economía mundial experimenta un periodo de estabilidad que dura ya cinco años y desde hace seis no ha registrado ninguna crisis financiera mayor esta situación podría cambiar si hubiera un colapso de alguno de los cada vez más numerosos fondos de alto riesgo, declaró el ministro alemán de Finanzas, Peer Steinrück.
La presidencia alemana logró colocar este controvertido tema sobre la agenda de la reunión, tras años infructuosos de intentarlo debido a la fuerte resistencia de Estados Unidos y el Reino Unido, los países en los que más activos están estos fondos.
Sin embargo, según afirmó Steinbrück, Estados Unidos se ha dado cuenta del creciente peligro que emanan de estos fondos para su propia economía, pues son cada vez más las empresas que operan con ellos para hacer fondos de pensiones, con el consecuente riesgo para los jubilados en caso de descalabro.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, subrayó que la discusión sobre estos fondos es incipiente. Pero en Essen se ha dado un primer paso para establecer un calendario de trabajo que prevé conversaciones con los propios dirigentes de estos fondos, con el objetivo de alcanzar un código de conducta voluntario.
El yen y el yuan
El otro gran problema que se abordó en esta reunión fue el de la debilidad del yen y del yuan, si bien en el comunicado no aparece una referencia explícita a las monedas, por respeto a las repercusiones en los mercados.
Los seis colegas del ministro nipón, Koji Omi, le explicaron que el yen debería reflejar mejor los datos fundamentales de la economía japonesa, según señalaron posteriormente Steinbrück y Trichet en sus respectivas ruedas de prensa.
En el comunicado, los ministros únicamente subrayan la buena evolución de la economía japonesa y afirman que esperan que esta recuperación continúe.
Con China, que por primera vez fue invitado a participar en algunos debates fundamentales, pese a no pertenecer al club, las recomendaciones fueron más directas.
El G7 es más explícito con China y en el comunicado se destaca que "en economías emergentes con grandes y crecientes superávits en sus balanzas por cuenta corriente, especialmente en China, es deseable que los tipos de cambio se modifiquen para hacer posibles ajustes necesarios".
La debilidad del yuan preocupa sobre todo a Estados Unidos, que acusa desde hace tiempo a China de apoyar sus exportaciones con un tipo de cambio artificial.
Mención obligada
El G7 lanzó además un mensaje de apoyo al relanzamiento de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial, paralizada desde hace unos meses.
En el comunicado final, los ministros reafirman su compromiso de resistir a todo reflejo proteccionista y afirman que todos los participantes de la ronda tienen la responsabilidad de garantizar un éxito de las negociaciones.
Mirándose el ombligo
Representantes de organizaciones no gubernamentales calificaron la cita en Essen de oportunidad perdida, en la que las naciones más poderosas del mundo se ocuparon de temas que sólo les competen a ellas, ignorado las necesidades de la mayor parte de la población mundial.
Friedel Hütz Admas, presidente de la organización Südwind recalcó que a los miles de millones de personas que habitan en los países en vías de desarrollo no les preocupa las regulaciones de fondos millonarios, sino que esperan avances en el tema de condonación de deuda y condiciones justas para el comercio mundial.
La exhortación de los ministro de Finanzas a relanzar las negociaciones de la Ronda de Doha sólo tiene sentido si los esfuerzos se centra en los intereses de los países más pobres, como se viene prometiendo desde hace años. Pero en la declaración final sólo se menciona al margen los intereses de los países en vías de desarrollo, por el contrario se da prioridad a las exigencias de los grandes naciones industrializadas.
El que los gobiernos de China, India, Brasil, México y Sudáfrica hayan estado representados en Essen cambió poco los temas tratados durante la conferencia. El G-7 sólo invitó a los representantes de las naciones en vías de desarrollo porque su influencia en la economía mundial ya no se puede ignorar sostiene Friedel Hütz Adams.