Opinión: Viktor Orbán y el hundimiento de Europa
20 de febrero de 2018El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, gobierna en gran medida con un estilo propagandístico. Pero en estos días su tono es aún más provocador. En un discurso pronunciado el pasado domingo (18.02.2018), Orbán pintó una imagen apocalíptica de Europa. Según él, en la mayoría de las principales ciudades alemanas hay cada vez menos alemanes y en Baviera se invierte más dinero en asuntos de los refugiados que en la economía, la protección ambiental o la salud. La mayor amenaza para Europa proviene de Occidente, dice Orbán, quien considera que los políticos de Bruselas, Berlín y Paris amenazan la existencia de Hungría y de todo el continente. Por eso, anunció que Hungría lucharía contra ese peligro con todas las armas legales posibles.
Registro obligatorio para los que ayudan a los refugiados
Esa fue la fundamentación retórica del paquete de leyes conocido como "Stop Soros" que ahora se debate en el parlamento húngaro. El Gobierno de Budapest tiene la idea fija de que el multimillonario estadounidense de origen húngaro George Soros, planea la destrucción de Europa mediante la inmigración musulmana. Según el proyecto de ley, todas las organizaciones civiles que de alguna manera tengan que ver con refugiados y migración deben someterse a un proceso de registro que durará al menos nueve meses. Esas organizaciones deben estar bajo supervisión policial y de los servicios secretos. Además, deben pagar el 25 por ciento de impuestos sobre sus donaciones extranjeras y pueden ser prohibidas en cualquier momento.
Con excepción de Rusia, es un paquete de leyes sin precedentes en Europa, y si se adopta de esa forma, sería un nuevo paso en el camino hacia una reforma antidemocrática de Hungría.
¿Qué significan estas nuevas provocaciones antieuropeas de Orbán? Hungría se encuentra en medio de una campaña electoral: el 8 de abril los ciudadanos votarán por un nuevo parlamento. Pocos dudan de la victoria del partido Fidesz, de Viktor Orbán, pero la mayoría de dos tercios de los diputados está en peligro. Orbán está bajo presión en estos días por un caso de corrupción de su yerno István Tiborcz. Se trata de un fraude de más de 40 millones de euros de fondos de la UE.
El escándalo confirma la visión actual de muchos húngaros sobre los problemas candentes del país: en las encuestas, casi el 60 por ciento considera que la corrupción es el mayor problema de Hungría. Una estrecha mayoría quiere un cambio de gobierno, pero casi nadie cree que Fidesz pierda las elecciones.
Orbán tiene planes ambiciosos
Sin embargo, nadie debería hacerse ilusiones sobre una posible normalización después de las elecciones del 8 de abril. A lo sumo Orbán podrá suavizar el tono ante los líderes occidentales.
A nivel interno, el primer ministro estableció un sistema de clientelismo tan sofisticado y corrupto que muchos sociólogos ya denominan a Hungría como "Estado mafioso". Es un sistema que ya no puede sobrevivir sin un gobierno autoritario y una demagogia nacionalista. En términos de asuntos exteriores, Orbán intenta establecer una contrapeso oriental a Bruselas. Quiere ampliar, al menos de manera informal, el grupo de Visegrado con Rumania, Bulgaria y Croacia, posiblemente también con Austria, para crear una "Europa de las naciones", contrapuesta a la UE como comunidad de países que comparten valores comunes.
Ya se ha debatido mucho sobre cómo se podría calmar y reintegrar al primer ministro de Hungría. Per no hay que subestimarlo. Orbán suele cumplir con sus palabras.
Autor: Keno Verseck (GG)