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Opinión: Un claro mandato para Edi Rama

Adelheid Feilcke
28 de junio de 2017

El primer ministro de Albania ha conseguido su objetivo: la mayoría absoluta. Los socialistas pueden gobernar en solitario. Ahora ya no hay excusa. Rama debe implementar sus reformas, dice Adelheid Feilcke.

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Edi Rama Albanien spricht im Parlament in Tirana
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H.Pustina

Edi Rama es el ganador indiscutible de las elecciones en Albania. El ex primer ministro ha conseguido un brillante resultado para su Partido Socialista, superando claramente al principal opositor, el PD, y no necesitando ya a sus socios de coalición del LSI. Tras casi cuatro años de gobierno los electores revalidan su voto de confianza y le dan una cómoda mayoría absoluta. Ahora tiene que demostrar que es capaz de llevar a Albania definitivamente "a Europa".

Reformas en el país

La tarea que tiene por delante es inmensa. Corrupción, drogas y pobreza paralizan el país. Miles de personas emigran al no ver perspectivas en su país. Pero ya no tiene las manos atadas para llevar a cabo las reformas. La lista es larga, pero está clara: la reforma judicial y económica, la lucha contra el nepotismo y contra el cultivo de drogas y una política decidida contra el extremismo religioso. Estas son también las demandas de la Unión Europea para el país balcánico, candidato a ingresar al grupo desde 2014. La UE y especialmente Alemania han apoyado firmemente Albania en los últimos años, pero ahora esperan avances visibles.

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Adekheid Feilcke dirige las redacciones europeas de DW.

En los últimos meses había interferido en varias ocasiones en cuestiones relativas a la población albanesa de Macedonia y Kosovo, causando irritación entre los socios europeos. Esto es extremadamente peligroso y siempre se ha disculpado por razones políticas y electorales internas. Pero puede que no se le perdonen más. Y bastante tiene que arreglar Rama en su propio país, que tiene la oportunidad de erigirse como un modelo en los Balcanes occidentales. Pero para eso necesita un pragmatismo basado en el Estado de derecho. Sólo así la economía crecerá de forma sostenida y la gente querrá de nuevo construirse un futuro en su propio país.

Histórica baja participación

Las elecciones en Albania transcurrieron con sorprendente calma, algo destacable tras años de disputas internas y semanas de boicot al Parlamento por parte de la oposición. Sin embargo, la participación fue históricamente baja. Esto puede deberse a las celebraciones por el final del Ramadán y a la ola de calor. Pero sobre todo por, además del desencanto político, unos censos electorales desactualizados, que incluyen todavía a fallecidos y emigrados. El nuevo gobierno debe limpiarlos con urgencia, ya que en los últimos años los censos electorales fueron masivamente manipulados (esta vez, según los observadores internacionales, no).

La oposición debe también cumplir su función tras la derrota electoral, para ejercer el control democrático sobre el gobierno socialista. Si, a pesar de las a veces dolorosas reformas, la colaboración entre gobierno y oposición y el diálogo con el presidente Ilir Meta, que asumirá el cargo el próximo 24 de julio, tiene éxito, será un triunfo de las instituciones. Hasta el sábado eran oponentes en la campaña. Ahora tendrán que trabajar para que estas funcionen, aunque a su cabeza esté su adversario político. Sería para el bien de todos los albaneses.