Angela Merkel deja esta vez las peticiones al presidente estadounidense para que, por favor, se atenga a las normas internacionales y respete los valores comunes. El presidente francés ya lo había hecho el miércoles en su flamante discurso ante el Congreso de los Estados Unidos. En vez de eso, Merkel admite repetidamente que le corresponde a él, Donald Trump, decidir. Y solo a él.
Aparentemente, disfruta de oír eso de boca de la Canciller Federal. Nada más estrenarse Trump en el cargo, Merkel le felicitó con un breve discurso sobre sus obligaciones en cuanto a los derechos humanos. Pero eso ya es Historia.
"El presidente decide", dice, sobre la posible prolongación de la exención de aranceles sobre el acero y el aluminio que disfruta desde marzo la Unión Europea. El tiempo pasa y la fecha límite es el 1 de mayo. Las contramedidas europeas ya están preparadas. Una guerra comercial, a solo un tuit de distancia.
Sin deslices
Horas antes de la partida de la canciller, la delegación alemana se mostraba ya resignada y había bajado las expectativas al mínimo. Las dos horas y media de reuniones parecían un éxito sólo en cuanto que, al menos, no se produjeron desplantes. Hace algo más de un año, Trump ignoró el ofrecimiento de estrechar la mano de Merkel ante las cámaras.
Todos los intentos posteriores de comunicación en condiciones de igualdad no habían funcionado. Así que, ahora, Merkel cambió su estrategia: primero ceder. Y luego, tal vez tratar de girar el timón para evitar el abismo.
Pareja de dobles con Macron
Por ejemplo, con el acuerdo nuclear con Irán: los europeos temen que una negativa a renovarlo por parte de Trump, para lo que tiene hasta el 12 de mayo, pueda acabar con él. Se preocupan por las devastadoras consecuencias para la región, pero también por la credibilidad de la diplomacia occidental.
Se ha evidenciado en Washington que hay una clara coordinación con el presidente francés, Emmanuel Macron, para salvar este acuerdo. Ya antes de su viaje a Estados Unidos, Macron y Merkel habían expresado su preocupación en Berlín sobre el programa de misiles convencionales de Irán.
El martes, Macron dio un paso más y propuso a Trump buscar un "nuevo acuerdo" además del ya existente. Merkel añadió después que Alemania también piensa que "se debería agregar más" porque las regulaciones actuales "no son suficientes para establecer un rol para Irán basado en la confianza".
Así, la canciller le da la razón a Trump con la esperanza de que se añada algo al acuerdo en lugar de convertirlo completamente en papel mojado.
Gasto de Defensa
Merkel trató de hacer cálculos con Trump para que considere el gran déficit comercial de Estados Unidos con Alemania desde la óptica de las inversiones directas alemanas en su país. Y, respecto al aumento del gasto en Defensa, está asegurado.
La edulcorada explicación de Merkel de que Alemania está cambiando su papel en el mundo, ahora que la época del orden de postguerra toca a su fin, no ayuda. La declaración de que su gobierno tiene intención de elevar el actual gasto militar del 1,3% del producto interno bruto para aproximarlo al objetivo de la OTAN del 2% sigue siendo decididamente insuficiente para Trump. Su nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, lo ha dicho durante la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN en Bruselas.
Trump dice que la relación entre Estados Unidos y Alemania carece de "reciprocidad". Aunque su relación personal con Merkel ya era "excelente desde el principio", dijo. Ella es una "mujer muy extraordinaria", añadió.
Y esta extraordinaria mujer está extraordinariamente conciliadora. Siguiendo la que parece ser su máxima durante el encuentro: le damos simplemente la razón y el mundo estará en paz. Al menos por un tiempo. O, al menos, respecto al tema de Irán. O Siria. O el del libre comercio.
Sería un buen trato… Si Trump se suma a él. De hacerlo, nos enteraremos pronto. A través de Twitter.
Autora: Michaela Küfner (LGC/FEW)
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