Alemania-Latinoamérica: Malos tiempos para buenos propósitos
6 de junio de 2020Aunque la pandemia causa estragos en todo el planeta, el panorama es especialmente desolador en Latinoamérica. Allí, pocos gozan de buena atención médica: las muertes se cuentan ya por decenas de miles y aún se temen más víctimas a causa de la pobreza y el hambre derivadas del frenazo económico global.
Alemania, consciente de su situación privilegiada, duplica este año su ayuda al continente. Además, para incentivar las inversiones en la región, el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, se reunió este viernes (05.06.2020) con los jefes de los principales consorcios alemanes. Dos días antes, Maas había mantenido ya una conferencia virtual con sus homólogos latinoamericanos para proclamar la intención de Alemania de estrechar aún más las relaciones con sus respectivos países. No obstante, el Gobierno de Angela Merkel no es omnipotente.
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Serán imposibles de olvidar las imágenes de los muertos por coronavirus abandonados en las calles de la ecuatoriana Guayaquil, o las fosas comunes que vemos cavar en México para los cientos de muertos que no tienen cabida en los cementerios. Si la cifra oficial de muertos en China es de fiar, Perú ya superaba ésta a comienzos de junio, con casi 5.000 víctimas mortales.
Mientras tanto, en Venezuela, el coronavirus acrecienta la escasez que ya existía: durante la pandemia, los médicos venezolanos ni siquiera tienen agua para lavarse las manos. ¿Cómo velarán así por la seguridad de los pacientes y la suya propia? ¿Había realmente a finales de mayo unos 1.300 casos y solo 11 muertos por coronavirus en Venezuela, tal y como aseguraban las autoridades? Un informe del pasado 26 de mayo, elaborado por la Universidad Johns Hopkins con la organización Human Rights Watch, ya puso en duda dichas cifras. Además, José Luis Vivanco, director de la División de las Américas de dicha ONG, reportaba poco después a Deutsche Welle que, ahora, los hospitales venezolanos solo aceptan a quienes acuden con 25 litros de agua para su propio tratamiento.
En cuanto a la población brasileña, que podría disponer de más medios para curar la enfermedad, lidia con un presidente negacionista del peligro, mientras la cifra oficial de muertos supera ya los 34.000. Solo registran más víctimas Estados Unidos y el Reino Unido, cuyas autoridades también empezaron poniendo en duda la amenaza. Para Latinoamérica, Naciones Unidas augura también una pandemia de hambre. Según la ONU, si no se toman medidas urgentes para evitarlo, 10 millones de personas podrían padecer de hambre en 11 países de la región.
Ayuda médica y financiera desde Alemania
Ante esta situación, Alemania anunció el incremento de su ayuda médica y financiera para Latinoamérica. Durante los contactos virtuales que mantuvo el ministro alemán de Exteriores con sus homólogos latinoamericanos el pasado 3 de junio, Maas hizo hincapié en que Alemania ha duplicado en 2020 la ayuda humanitaria y al desarrollo que concede a Latinoamérica. El país de Angela Merkel puede hacerlo: afronta la pandemia desde una situación privilegiada, con un Estado fuerte, capaz de subvencionar su actividad económica, ofreciendo crédito ilimitado a sus empresas.
Alemania también dispone de más unidades de cuidados intensivos que la mayoría de las naciones del planeta, con una unidad por cada tres mil habitantes. Este país, aprovechó además el tiempo transcurrido desde los primeros estragos del virus en Italia para ampliar aún más sus capacidades hospitalarias. Y a pesar de ser una de las naciones más pobladas de la Unión Europea, el Gobierno de Merkel aplicó un confinamiento poco estricto que parece haber surtido efecto. Alemania registra por ahora menos de 9.000 fallecimientos atribuibles al coronavirus; muchos menos comparativamente que la mayoría de sus vecinos.
¿Cuáles son los intereses de Alemania?
Todo ello permite a Alemania invertir también en material sanitario y proyectos para Latinoamérica. Pero hay que admitirlo: aun siendo inversiones necesarias y bienvenidas, son ayudas puntuales que no acabarán ni con la enfermedad, ni con el hambre en el continente. Además, Alemania no las efectúa solamente por razones altruistas. Consorcios alemanes y europeos se disputan con China el acceso a materias primas que la industria autóctona no está en condiciones de explotar. ¿Es creíble entonces el papel de Alemania como abanderada de la sostenibilidad y la justicia en Latinoamérica?
La dudosa sostenibilidad de muchas de las actividades impulsadas por el Mercosur es uno de los obstáculos para la ratificación del pacto de libre comercio de este bloque con la Unión Europea. La creciente tala de bosques en áreas antes protegidas de Brasil incrementa los recelos de muchos países europeos a ratificar un tratado que podría ser un incentivo para acelerar esa deforestación. Según datos recientes, las talas camufladas en Brasil por la pandemia incrementan los índices de CO2 en el planeta, a pesar de la radical reducción de emisiones de los últimos meses.
Miguel Berger, secretario de Estado del Ministerio alemán de Exteriores, aseguraba el 5 de junio a Deutsche Welle tener bien presentes las reticencias sobre Brasil: "Sabemos que hay dudas, que hay obstáculos y una de las cosas que debemos discutir es el tema del Amazonas, el tema de la sostenibilidad. Hay ciertas dudas que han expresado los diputados del Parlamento Europeo y también los del Parlamento Alemán. Yo creo que debemos seguir explicando por qué ese acuerdo es de gran importancia. La esperanza que yo tengo es que podamos empezar el proceso de ratificación de ese acuerdo durante la presidencia alemana del Consejo europeo".
¿Olvidó el Gobierno alemán la desigualdad en Chile?
La sostenibilidad en Chile, sin embargo, parece preocupar menos al Gobierno alemán. Miguel Berger asegura ver allí mucho potencial para desarrollar el libre comercio con la Unión Europea. ¿Olvidó ya el Gobierno alemán la desigualdad en el acceso a la riqueza que el pasado octubre generó la mayor oleada de protestas de las últimas tres décadas en ese país? En el centro y el norte de Chile, unos pocos empresarios, entre ellos el propio ministro chileno de agricultura Antonio Walker, hacen negocio con derechos privados sobre el agua, destinando la poca que hay a cultivos intensivos, inadecuados para esas tierras de secano, que luego se envían a Europa. Como consecuencia de ello, en la provincia chilena de Petorca, la falta de agua es tal que, el pasado 14 de mayo, el Centro Chileno por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y el Movimiento de defensa por el acceso al agua, la tierra y la protección del medioambiente (Modatima), solicitaban medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para atender la emergencia que sufren sus habitantes. Durante esta pandemia, el agua no les alcanza ni para lavarse las manos. ¿Es esa la sostenibilidad por la que apuesta Alemania?
La crisis actual también hace mella en otro socio clave del Mercosur. Una Argentina debilitada por la pandemia, se niega ahora a respaldar nuevos pactos de libre comercio de ese bloque con otros países como Corea del Sur, Canadá o India. Todo eso dificultará el propósito alemán anunciado por el secretario de Estado Miguel Berger de impulsar la ratificación del pacto de libre comercio de la Unión Europea con Mercosur durante el segundo semestre de 2020, cuando Alemania asuma la presidencia de turno de la Unión Europea.
Alemania, defensor del multilateralismo
A corto plazo, estos parecen ser malos tiempos para los buenos propósitos. Para el futuro, sin embargo, sí podría ser clave el multilateralismo que el ministro alemán Heiko Maas defendía ahora desde Berlín: "La pandemia tiene graves consecuencias para todas las economías del planeta. En esta situación, algunas apuestan por el proteccionismo y el aislamiento. Pero es precisamente ahora cuando, para salir de esta crisis, necesitamos relaciones comerciales internacionales sólidas. Precisamente ahora, no solo nos vincula a Latinoamérica nuestro firme propósito de que el orden basado en normas no sucumba ante la rivalidad de las grandes potencias. También queremos debatir sobre cómo instituciones multilaterales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano de Desarrollo pueden respaldar a la región con ayudas financieras".
Se requiere un debate a largo plazo y multilateral, como pide el ministro alemán de Exteriores. Alemania, por sí sola, no está en condiciones de convertir en realidad todas sus declaraciones de intenciones.
(few)
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