Opinión: Pakistán y la ley de la calle en el caso Asia Bibi
9 de noviembre de 2018El Estado pakistaní le ha robado casi diez años de su vida. Nacida en 1971, Asia Bibi pasó el apogeo de su vida en prisión. La extremadamente pobre madre de cinco hijos fue arrestada en 2009 por "insultar al Islam" y fue condenada a muerte un año después.
En Pakistán, incluso la más mínima acusación, la más mínima sospecha es suficiente para poner a alguien entre rejas por blasfemia. Finalmente, después de casi diez años de un agotador tira y afloja legal, Asia Bibi fue absuelta por el Tribunal Supremo de Pakistán. Políticos y activistas de derechos humanos de todo el mundo han recibido esta noticia con alivio.
Libre - y con miedo a la muerte
La consecuencia lógica del fallo del tribunal debería haber sido la liberación inmediata de Asia Bibi. Pero se ordenó a las autoridades que la mantuvieran en prisión por más de una semana. Los grupos islamistas radicales siguen exigiendo su muerte y protestando en las calles contra el veredicto del Tribunal Supremo.
Ningún blasfemo tiene derecho a vivir, dicen. En muchas ciudades, incluso se han quemado coches y tiendas durante las protestas. Los partidarios del partido extremista yihadista Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP) incluso piden la muerte de los jueces que ordenaron la liberación. Y presionan a los miembros del ejército que simpatizan con el islamismo a que se rebelen abiertamente contra el actual jefe del ejército, el general Qamar Javed Bajwa.
Todo esto es un serio desafío para la autoridad del gobierno pakistaní. Sin embargo, este no se enfrenta a los manifestantes islamistas con mano dura. Por el contrario, el Primer Ministro Imran Khan cedió ante los extremistas y aceptó utilizar todos los medios legales para impedir que Asia Bibi abandonara el país.
Las autoridades pakistaníes justifican este acuerdo con TLP diciendo que quieren evitar más violencia en las calles. Es muy posible que solo quieran ganar más tiempo. Finalmente, el miércoles por la noche se difundió la noticia de que Asia Bibi había salido de la cárcel y que probablemente sería llevada pronto a un lugar seguro fuera del país.
Reformas imposibles
La desgarradora experiencia de Asia Bibi muestra la naturaleza explosiva de la blasfemia en Pakistán, y que las leyes extremadamente severas sobre la blasfemia, que han estado en vigor desde la década de 1980, no pueden ser tocadas.
Hablar en contra de estas leyes o incluso reformarlas sería visto como un sacrilegio en Pakistán. En 2011, dos destacados políticos pakistaníes fueron asesinados por apoyar a Asia Bibi y pedir una revisión crítica de la legislación existente.
Y es por eso que la absolución de Asia Bibi, por muy positiva que haya sido la medida, tiene un inconveniente que no debe subestimarse: los jueces solo liberaron a la cristiana "por falta de pruebas". No es un buen precedente, porque es bien sabido lo fácil que es en países como Pakistán "producir" pruebas si es necesario y así recuperar una absolución.
Pakistán necesita una revisión general
Ahora, los parlamentarios pakistaníes deben sentarse y revisar el controvertido sistema jurídico basado en el entendimiento legal islámico. No exijo que el Estado, cuyo factor más poderoso es el ejército, abandone su entendimiento básico como un Estado islámico. Pero este extremismo es utilizado por la clase dominante para reforzar en la mente de la gente la hostilidad hacia la India. Un requisito importante para que el ejército paquistaní continúe reclamando la mayor parte del presupuesto estatal.
Pero los recientes acontecimientos deberían ser una llamada de atención para los políticos, generales y jueces pakistaníes en el sentido de que urge una reforma legislativa, o incluso una revisión completa del Estado. Si el gobierno de Pakistán no da este paso, podría perder cada vez más autoridad en los próximos años, y el rumbo de Pakistán sólo podría ser determinado por los extremistas religiosos en las calles.
Autor: Shamil Shams (CT/EAL)
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