Opinión: Los ideales olímpicos están en juego
22 de julio de 2016La decisión está ahora en manos del Comité Olímpico Internacional (COI) y de su presidente, Thomas Bach. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) "sólo" ha rechazado los reclamos contra la suspensión al equipo de atletismo de Rusia. Pero esta sentencia es una señal de lo que está por venir. Después de todo, los jueces en Lausana han aprobado un castigo colectivo contra Rusia y no solo un caso individual.
Afecta casi a todos los deportistas
La Federación Mundial de Atletismo (IAAF) había alargado la suspensión de la federación rusa, adoptada en noviembre, debido al dopaje sistemático comprobado, y había sellado así su exclusión de los Juegos de Río de Janeiro 2016. El TAS dictaminó que la medida es conforme a la ley.
A principios de semana se presentó un nuevo informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), redactado por el jurista canadiense Richard McLaren, dejando claro que: no sólo en el atletismo, sino, en casi todas las especialidades deportivas de Rusia se han manipulado las muestras positivas de dopaje en los últimos años - y esto no solo con el consentimiento, sino también por iniciativa de las autoridades del Gobierno de Rusia.
La responsabilidad de Bach
Si el COI quiere transmitir seriedad con su proclamada política de tolerancia cero para casos de doping, entonces no tiene otra opción que excluir a toda la delegación rusa de los Juegos de Río. Lo contrario, sería doblegarse ante el poder político y sería una bofetada en la cara al deporte limpio. Especialmente, el jefe del COI, Thomas Bach, tiene esta obligación como guardián supremo del deporte. Se trata, ni más ni menos, de la reputación de todo el deporte en general. Una respuesta suave del COI ahora, equivaldría a admitir que los ideales olímpicos, finalmente, han sido tirados a la basura.
Medir a todos por igual
Sin embrago, también queda claro que esta la exclusión de Rusia de los Juegos Olímpicos de Río 2016 solo puede ser el comienzo de varias exclusiones más. Y de la misma forma deben ser tratados otros países. Además, la lucha contra el doping no debe ser solamente labor de los periodistas de investigación que descubren los escándalos. La Agencia Mundial Antidoping (AMA) y las agencias nacionales antidopaje de cada país deben ofrecer medios económicos, medios logísticos y el respaldo político necesario para luchar contra el fraude en el deporte – y sin ningún pero.
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