Los electores franceses hicieron lo correcto, por lo menos una cuarta parte de ellos. No optaron ni por los dos candidatos que viven sueños socialistas o comunistas (Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon) ni por el conservador cuyo único programa evocaba teorías de conspiración (François Fillon). Pero sí le dieron la oportunidad a Marine Le Pen, el terror de los proeuropeos, inmigrantes, negociantes y progresistas. Ahora, en la segunda vuelta, ella tiene la oportunidad de ganar.
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Las cosas podrían cambiar rápidamente
Está bien, no es probable que eso ocurra. La comparación con Donald Trump no cuadra, porque los márgenes de diferencia de votos entre Macron y Le Pen son mucho mayores que en las elecciones en Estados Unidos. Sin embargo, puede tener lugar un ataque terrorista o surgir un escándalo.
Conocemos el pasado de Macron como funcionario de la banca inversionista, como estudiante de la prestigiosa Escuela Nacional de Administración y como ministro de Economía durante el gobierno de Hollande. Si algo lo golpea en las próximas dos semanas, la pequeña ventaja antisistema que ganó en los meses pasados podría revertirse rápidamente.
Emmanuel Macron hace tanta parte del establishment como su rival François Fillon o el presidente François Hollande, pero de alguna forma logró quitarse ese sello. Tal vez porque abandonó el Partido Socialista y formó su propio movimiento "En Marche!".
O quizás porque apenas tiene 39 años y los votantes creen que puede lograr que Francia recupere su antigua gloria, o que, por lo menos, reduzca el desempleo. Macron se ha convertido en una especie de perfecta proyección para los sueños franceses. En todo caso, Macron tendrá que seguir encantando a los franceses, por lo menos por dos semanas más.
Peor que el "brexit”
Si lo logra, Emmanuel Macron será el próximo presidente de Francia. Si no, con Marine Le Pen Europa estará lo más cerca de un colapso político como nunca antes en la posguerra. Esto sería peor que el "brexit”. Una presidencia de Le Pen pondría en peligro la moneda común y el motor económico germano-francés.
Por ahora, parece que la Unión Europea sigue viva en la carrera por defender sus logros. Pero tras el alivio inicial, la realidad mostrará que Le Pen no desaparecerá. Sólo si Macron logra, de verdad, hacer realidad sus promesas y liberar a Francia de la imagen -de décadas- de país perdedor, y le regresa a su gente trabajo y orgullo, su victoria sobre el populismo de ultraderecha será duradera.
Max Hofmann (JOV/DZC)