Opinión: Elecciones bajo el signo de los refugiados
11 de marzo de 2016Rara vez han tenido unas elecciones regionales tanta influencia a nivel federal como las del próximo domingo 13 de marzo de 2016. Incluso fuera de las fronteras alemanas hay curiosidad por saber si la política de puertas abiertas hacia los refugiados pasará factura a la CDU, la Unión Cristianodemócrata que lidera Angela Merkel. Y, en caso afirmativo, ¿adónde irán a parar los votos que pierda la CDU? ¿Qué implicaría eso para la estabilidad del Gobierno? ¿Habrá en Alemania un partido xenófobo y antieuropeo fuerte? ¿Seguirá Merkel firme en su puesto el próximo lunes?
La expectación es enorme, porque no se puede predecir nada seguro sobre el resultado. En ninguno de los tres estados federados hay claros vencedores, ni para las coaliciones de Gobierno que actualmente ocupan el poder ni para los candidatos de la actual oposición. Y los cambios con respecto a las últimas elecciones son, en parte, enormes. La voluntad de los votantes alemanes se ha puesto en movimiento.
AfD, el partido de la crisis de refugiados
Un motivo para ello es el partido populista de derechas AfD (Alternativa para Alemania). Esta formación, que hasta bien entrado el pasado verano estuvo ocupada en luchas intestinas, se ha posicionado aún más a la derecha y disfruta de las mieles del éxito gracias a la crisis de refugiados. Aunque la AfD carece de propuestas políticas realistas, hay descontentos de todas las capas políticas que quieren “dar una lección”.
Estos supondrían alrededor del 10 por ciento, y en el este de Alemania casi el 20. Y quizá el domingo resulten ser aún más, ya que quienes votan a estos partidos de protesta suelen ser demasiados cobardes para confesarlo en las encuestas preelectorales. Pero no solo por ese motivo son inciertos los pronósticos: el porcentaje de indecisos que el jueves (10.03.2016), a tres días de las elecciones, aún no sabían ni a quién iban a votar e incluso ni siquiera si votarían, es de más de un tercio. Así que hay que prepararse, porque puede haber sorpresas.
Por ejemplo, está por verse a qué partido beneficiarán las absurdas contradicciones de esta semana: una canciller que tiene por objetivo reducir el número de refugiados que lleguen a Alemania, que lo logra justo cuando van a celebrarse las elecciones, pero que se lamenta de la forma en que los demás han hecho ese trabajo por ella. ¿Aprueban los alemanes el cierre de la Ruta de los Balcanes o más bien sufren por las terribles imágenes de Idomeni? ¿Castigarán los votantes a los candidatos del propio partido de Merkel que durante las pasadas semanas se opusieron a la canciller? ¿O perderá la CDU votantes precisamente por la incomprensible actuación de Merkel?
Todo es posible
A partir del próximo lunes, todo es posible para la CDU: la absoluta catástrofe, si pierde tanto en Baden -Württemberg como en Renania–Palatinado su estatus tradicional de partido más fuerte. De la misma manera, podría ser un éxito total, si en lugar de un solo, los tres candidatos de la CDU llegan al poder. De momento, solo hay tres cosas seguras poco antes de la votación:
1.Cuanta mayor sea la abstención, mejor será el resultado para la AfD, porque los electores radicales siempre acuden a votar, al contrario que los votantes habituales cuando están descontentos.
2. Aunque lograra el 25 por ciento de los votos, la AfD continuará sin tener influencia en Alemania. Porque nadie quiere formar gobierno con esta formación. Y eso es bueno.
3. Angela Merkel seguirá siendo canciller a finales de próxima semana. Incluso aunque su partido sufriera una estrepitosa derrota, no hay ni en el partido ni en el Gobierno una alternativa que le pueda hacer frente. Y si Julia Klöckner, candidata de la CDU en Renania-Palatinado, pierde en este estado federado, las opciones de futuro se reducen para este partido.
Va a ser, sin duda, una emocionante jornada electoral.