Opinión: el problema es el populismo, no solo en Italia
30 de mayo de 2018La política italiana parece por estos días la última temporada de un telenovelón. Tres potenciales primeros ministros (Gentiloni, Conte, Cottarelli), todos "congelados" hasta que, como por arte de magia, salte un gobierno del sombrero. Una intriga contra el presidente a expensas de la Constitución italiana. Y al final, los populistas agitan a las masas con el lema "No nos dejan gobernar". A esto se suman el estado de shock de los partidos tradicionales, el riesgo de nuevas elecciones con resultados completamente inciertos y el miedo de las bolsas de valores.
Y, claro. Los italianos gastan mucho más de lo que ganan, y ni hablar de la deuda nacional, tan alta que da vértigo. No existe la perspectiva de una reforma, ni sostenible ni a largo plazo. Pero los que ahora tienen la palabra son el partido de extrema derecha (Liga Norte, de Matteo Salvini) y los clásicos populistas (el movimiento Cinco Estrellas, de Luigi Di Maio), a pesar de su confusa y contradictoria retórica de sacar a su "Italia del cambio” de la eurozona. Lo que alegra sobremanera a gente como Steve Bannon, Viktor Orbán, Marine Le Pen o incluso Vladimir Putin.
El chico problemático de Europa
Hasta famosos comentaristas hablan de "tragedia griega" cuando se refieren a Italia. Con ello expresan el temor de que los italianos no puedan pagar su inmensa deuda pública y a que la tercera economía más grande de la Unión Europea, pueda caer en bancarrota.
Y a pesar de todo esto - o quizás debido a ello - si el Comisario de la UE, Günther Oettinger, dice ahora algo así como que "los mercados le van a enseñar a los italianos a quién tienen que elegir", no ayuda, ni a Italia ni a Europa.
Al contrario, ese lenguaje solo alimenta a los populistas. Los diarios hablan de "prejuicios de Oktoberfest”. Tanto la derecha como la izquierda usan ahora consignas como "los poderes” de Bruselas, Estrasburgo o Berlín. Y en las redes sociales no faltan los que hablan del supuesto "Cuarto Reich” y los tanques de guerra alemanes. En la cabeza de algunos, Alemania ya se ha convertido en una "superpotencia imperialista”.
Incluso Jean-Claude Juncker ha reconocido que la frase dicha por Oettinger (que de hecho, fue desmentida en su primera versión, más corta) fue un feo error de comunicación. Si alguien quiere evitar un incendio, no vierte gasolina en el fuego.
El problema -y no solo en Italia- es precisamente el populismo, porque cultiva temores y estremece las estructuras de las instituciones democráticas. Por supuesto que también tiene que ver con la gran pérdida de confianza a la que la "política tradicional” en toda Europa debe hacer frente. Pero esta es descreditada por los populistas como mero "establishment”, defensora de la globalización”, que, supuestamente, "le roba la identidad” a los ciudadanos.
Retórica arrogante y falta de solidaridad
Los que se sorprenden de las palabras de Oettinger sean consideradas como hirientes en Italia, deberían pensar en el alto índice de desempleo, la falta de inversiones y la "arrogante retórica” de que Italia debe hacer sus tareas ejecutando recortes sociales. Sin mencionar la falta de solidaridad con Italia en el problema de los refugiados y migrantes.
Y deberían pensar también en la sonrisa burlona de los Bannons, Le Pens y todos los de su clase. Quien no entiende que el poder de los populistas tiene mucho que ver con los errores cometidos en Europa en los últimos años, no reconoce los grandes peligros de hoy, no sólo en Italia.
La situación es complicada: por eso debiéramos detener la espiral de prejuicios (sureños perezosos versus arrogantes, pero ahorrativos europeos del norte). En Roma, Berlín y Bruselas.
Roberto Brunelli (jov/er)
Roberto Brunelli es editor internacional de "La Repubblica", diario publicado en Roma. Además, ha escrito libros como una biografía de la canciller "Angela Merkel - The Sphinx".