Opinión: Argentina opta por el populismo de izquierda
12 de agosto de 2019La reina del drama ha vuelto, aunque no a la primera fila. Cristina Fernández de Kirchner, CFK para abreviar, ha vuelto a entrar en el mundo político con un truco brillante: la expresidenta no se postula de nuevo para el más alto cargo en el país, sino solo como vicepresidenta de un candidato con el mismo apellido, Alberto Fernández.
El éxito inesperadamente claro del dúo en las primarias demuestra, en primer lugar, que este truco funciona: Alberto Fernández no provoca tanto rechazo como la expresidenta que había llevado a Argentina al borde de la ruina. Fernández había sido jefe de gabinete de CFK y de su difunto esposo y predecesor Néstor Kirchner, pero tras su renuncia se había convertido en un critico del "kirchnerismo". Aparentemente, esto fue suficiente para convencer a muchos votantes de que no repetiría los errores del pasado.
La política de austeridad apenas encuentra apoyo
En segundo lugar, el resultado de las elecciones muestra que el actual presidente Mauricio Macri, con su política económica obligatoriamente dura, solo es aceptada por un tercio de los votantes. Para reestablecer la confianza en Argentina, como un socio económico serio y para reestructurar las finanzas públicas, se necesitan medidas drásticas: había que recortar subvenciones, pagar las deudas y reducir el inflado aparato estatal.
Pero las inversiones extranjeras que se esperaban, solo se vieron escasamente y fueron retiradas rápidamente como resultado de la nueva política del presidente estadounidense, Donald Trump. Sin las subvenciones, el agua, la electricidad y el gas se volvieron más caros y, al mismo tiempo, Macri no logró mantener la inflación bajo control. Todos los precios subieron, el desempleo creció y también la pobreza. Finalmente, el presidente Macri se vio obligado a pedir un nuevo préstamo al Fondo Monetario Internacional, odiado en Argentina, por tradición.
El resultado se vio en las primarias de este domingo (11.08). Solo el 32% para el equipo Macri, pero el 47% para el dúo Fernández-Fernández. En las elecciones presidenciales del 27 de octubre este resultado sería suficiente para una victoria. Los recientes éxitos de Macri, en particular el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, aparentemente no jugaron ningún papel en la decisión electoral.
Votantes sin paciencia
La tercera lección de los resultados de las elecciones es, por tanto, una señal preocupante para el futuro: la mayoría de los votantes ya no tiene paciencia. Esperan un cambio deseado al instante y no quieren desarrollar una comprensión de los antecedentes y los procesos complicados. Argentina sigue con ello una tendencia global. Desde el "brexit" hasta la elección de Donald Trump, pasando por la elección de Jair Bolsonaro en Brasil y Andrés Manuel López Obrador en México: las supuestas "soluciones simples" han triunfado a menudo en los últimos años. Sin embargo, en todos estos países todavía no se han logrado éxitos sostenibles.
En Argentina, a Macri le va a resultar muy difícil recuperar el terreno perdido hasta las elecciones presidenciales, especialmente porque el resultado de las elecciones primarias ya ha causado incertidumbre y pérdidas en los mercados. La situación económica seguirá deteriorándose, y con ello, también las posibilidades de Macri, que se encuentra en un círculo vicioso.
¿Entra Argentina en otra espiral descendente?
Si el dúo Fernández-Fernández gana las elecciones de octubre, la agonizante lucha de Argentina por el progreso económico podría convertirse en una espiral descendente para todo el país. A menos que Alberto Fernández sea capaz de contener a Cristina Fernández. Pero eso significaría la continuación de la política de Macri y no la solución fácil y rápida que esperan los votantes.
(gg)
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