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Alemania necesita ombudsman para combatir el antisemitismo

18 de enero de 2018

La mayoría del Bundestag quiere nombrar a un ombudsman para combatir el antisemitismo. Si bien no podrá solucionar el problema del creciente odio contra los judíos en Alemania, la señal es correcta, opina Jens Thurau.

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Deutschland Gebet in der Neuen Synagoge in Freiburg in Erinnerung an die Reichskristallnacht
Imagen: picture alliance/dpa/W. Rothermel

El antisemitismo tiene varias caras. Ya existió en la antigüedad y también en la Edad Media. Vivió su auge apocalíptico en el siglo 20 con el genocidio de los judíos en Europa a manos de los nazis. Siempre estuvo presente, tanto en la antigua Alemania Occidental como en la extinta Alemania Oriental, y ni las sanciones estatales sirvieron para erradicarlo.

Se manifiesta en críticas contra la globalización, la supuesta hegemonía mundial de Estados Unidos, Israel y las comunidades judías. Su motivación es tanto religiosa como social, y sirve para relativizar la historia. Tiene lugar tanto al margen de la sociedad como en su centro burgués.

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Un fenómeno de la extrema derecha

En la Alemania de 2018 sigue siendo sobre todo un fenómeno proveniente de la extrema derecha. Sin embargo, también ha aumentado con la creciente inmigración de personas de la región árabe, que, en primer lugar, desconocen el derecho de existencia del Estado israelí.

Esto se pudo observar hace poco en Berlín y otras partes de Alemania a raíz del anuncio de Donald Trump de trasladar la Embajada estadounidense a Jerusalén. Como consecuencia, volvió a arder la estrella de David - un acto intolerable en Alemania, incluso casi 73 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Aumenta el antisemitismo

Thurau Jens Kommentarbild App

Pero no solo arden banderas. Miembros de la comunidad judía en Alemania cuentan que muchas veces ya no se atreven a portar abiertamente símbolos como la estrella de David. No solo es correcto; ya era hora de que los políticos envíen una señal: los partidos conservadores CDU/CSU, los socialdemócratas del SPD, los liberales del FDP y Los Verdes quieren nombrar un encargado de lucha contra el antisemitismo. Este deberá registrar casos de odio contra la comunidad judía e israelí, impulsar iniciativas respectivas en las escuelas y crear mayor conciencia sobre el tema a nivel político.

Un ombudsman de este tipo enviaría la señal de que el evidente crecimiento del antisemitismo en los últimos años no ha pasado inadvertido para los políticos. En tiempos de auge de los nacionalismos y populismos de derecha ha caído un tabú: el político ultraderechista del partido Alternativa para Alemania (AfD) Björn Höcke se refirió al Monumento del Holocausto en Berlín como un "monumento de la vergüenza”, y no fue sancionado, tampoco por su propio partido. El genio ha salido de la botella - entre otras cosas será la tarea del encargado de combatir el antisemitismo decir esto públicamente.

¿Aplicar las leyes de manera más consecuente?

Desde luego, el historiador Michael Wolffsohn tiene razón cuando sostiene que el antisemitismo tiene miles de años de antigüedad y que hay leyes muy claras en Alemania que lo sancionan. Solo hace falta aplicarlas de manera más consecuente. Eso es correcto, pero no contradice el nombramiento de un ombudsman.

Tampoco la crítica de la izquierda es convincente: temen que el nuevo encargado advierta sobre todo del antisemitismo de los inmigrantes. Pero eso es solo una afirmación. Dependerá de la personalidad del nuevo encargado, quien se deberá ocupar de que eso no suceda. Y hasta ahora no se ha nombrado a nadie.

Es y seguirá siendo de vital importancia para Alemania sentir vergüenza y responsabilidad por el genocidio de los judíos, sobre todo si dentro de poco habrán muerto todos los victimarios de aquel entonces. Si aumenta el antisemitismo en el país, los políticos tienen que actuar. Lo están haciendo y esa es una buena señal.

Jens Thurau (VT/ERS)