Opinión: ¿Sirio bueno, sirio malo?
10 de octubre de 2016La cantidad de elogios para los sirios que ataron y entregaron a su compatriota a la policía de Leipzig va más allá de las redes sociales. La canciller Ángela Merkel, actualmente de viaje en África, también agradeció la acción. Sin esa valiente intervención del sirio no se habría podido detener tan rápido a Jaber Albakr, sospechoso de terrorismo que llegó a Alemania como refugiado.
Según lo que se sabe hasta el momento, la situación era peligrosa. Albakr tuvo contacto con la milicia terrorista Estado Islámico y poseía peróxido de acetona, una potente sustancia explosiva con la que podría haber perpetrado un atentado devastador. Esta sustancia fue utilizada también en los ataques de París y Bruselas. Y cuando la policía lo encontró en el apartamento de Chemnitz, este compuesto de difícil fabricación ya estaba mezclado. Tuvieron que cavar una fosa para realizar una detonación controlada.
Munición para ambas partes
Para la policía de Sajonia, fue un fin de semana agitado. Tras el hallazgo, comenzó la búsqueda del fugitivo Albakr. Hasta que los compatriotas con los que quería esconderse llamaron a la policía. Hicieron lo correcto y ahora merecen reconocimiento. También por los riesgos personales que asumieron. Ahora la policía mantiene su identidad en secreto, por razones de seguridad y porque cree probable que haya actos de venganza.
Sin embargo, ese acto de valor no ha servido para cambiar la actitud de aquellos que azuzan los ánimos indiscriminadamente contra los refugiados. En internet continúa la batalla de pros y contras y ambas partes utilizan el caso como munición. Mientras unos piden la Orden al Mérito de la República para los "sirios buenos" otros defienden la absurda teoría de que la detención fue escenificada por la canciller, para cambiar la opinión del país sobre los refugiados.
Una señal del peligro terrorista
Por otra parte, también hay un gran peligro de que en Alemania se produzca un nuevo ataque terrorista. Continuamente se detiene a refugiados que tienen contacto con el Estado Islámico o planean atentados. En el caso de Al-Bakr, el peligro ha sido palpable. Puede que los servicios de seguridad conozcan a muchos de los "potencialmente peligrosos”, pero no a todos. La última detención fue un éxito que posiblemente haya evitado un grave atentado terrorista. Pero el peligro sigue presente.
Nina Werkhäuser