El tiempo se acaba para encontrar una solución política para Idleb. La esperanza era Turquía, con el respaldo de Rusia, para superar los dos importantes escollos que quedan en el camino para evitar un sangriento asalto al último bastión de los rebeldes en Siria. Ninguno, sin embargo, parece haber sido superado.
La más fácil de las dos tareas a las que se ha dedicado Turquía había sido tratar de transformar a grupos rebeldes islámicos armados, como Ahrar al-Sham y Suqour al-Sham, en grupos de oposición pragmáticos que podrían haber sido percibidos por Damasco y Rusia como interlocutores "no terroristas". Aquellos que no se habían abandonado completamente a la ideología yihadista podrían haberse reintegrado en la sociedad siria. Pero se hizo evidente que Turquía no tiene control sobre estos grupos, como se suponía inicialmente.
Pero aún queda un desafío mucho más difícil: lidiar con la amplia gama de extremistas islámicos y yihadistas atrincherados en Idleb, que se estima en más de 10.000. Mientras sigan actuando como "protectores" de la población civil local, seguirán disfrutando de su simpatía.
El núcleo del yihadismo en Idleb está formado por la rama siria de Al Qaeda, conocida desde hace tiempo como el Frente Al-Nusra, pero ahora llamada Jabhat Fateh as-Sham. Idlib siempre ha sido su bastión y sus combatientes no se rendirán aquí tan fácilmente como lo hicieron hace poco en Daraa y Ghouta. Como el mayor grupo de combate, también formarán la columna vertebral de la resistencia a la ofensiva del régimen sirio, sobre todo cuando los grupos más pequeños se les unan empujados por su lucha por la supervivencia.
Nadie quiere que los extremistas escapen
Turquía no ha podido persuadir al Frente Al-Nusra ni a grupos más pequeños como Hurras al-Din para que se rindieran y depusieran sus armas. Es poco probable que los actores externos quieran ver a estos yihadistas escapar y terminar en Turquía o Europa, Rusia o China, donde podrían continuar sus actividades terroristas.
Esta vez no le corresponde a los Estados Unidos liderar la guerra contra Al Qaeda, como en Afganistán. Según todos los pronósticos lo harán ahora Rusia e Irán. Y también tendrán que asumir los costes políticos.
Este núcleo del yihadismo no se dará por vencido tan fácilmente. La batalla por Idleb será más prolongada y sangrienta que los choques anteriores. Y será la población civil la que pague el precio.
Autor: Rainer Hermann (LGC/FEW)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |