Refugiados: La lucha debe ser contra las causas del problema
4 de agosto de 2018Érase una vez un tiempo de gran necesidad y sequía. 60 millones de personas se propusieron huir de la guerra, el hambre y el desplazamiento en su tierra natal. En la lejana Alemania, donde abundaba la leche y la miel, ciudadanos y políticos preocupados se preguntaban cómo podrían ayudar a estas personas. Y tuvieron una idea: luchar contra las causas de la tragedia.
Ya es hora de poner fin a este cuento de hadas. Porque no se basa solo en una gran sobreactuación. También revela un tremendo error de juicio.
25 años de "compromiso de asilo"
El motivo de aquella enmienda constitucional fue la guerra de Bosnia. La justificación para el llamado "compromiso de asilo" se ha conservado como un mantra de la política alemana de refugiados hasta nuestros días: en vez de recibir más y más refugiados en Alemania, la tarea consiste en combatir las causas de la migración en los países de origen.
Veinticinco años después del "compromiso de asilo", el número de personas que huyen de la guerra, la persecución y el hambre en todo el mundo ha aumentado a casi 70 millones. Y esto a pesar de los crecientes gastos en cooperación internacional para el desarrollo. Desde 1993, la participación de la ayuda oficial alemana para el desarrollo ha aumentado del 0,35 por ciento al 7 por ciento del ingreso nacional bruto .
¡Más modestia, por favor!
Sin embargo, un analisis de los puntos problemáticos globales demuestra que el dinero es solo un componente en la lucha contra las causas del problema. Desafortunadamente, los dictadores, cleptócratas y belicistas no se dejan impresionar por los planes de ayuda humanitaria ni por las política de desarrollo. Ni la guerra en Siria ni en Yemen ni la huida de los rohingyas de Myanmar pueden combatirse solo con política de desarrollo. El ejemplo de la guerra de Irak en 2003 también muestra que es difícil luchar contra las causas de fuga si estas son creadas por una "coalición de la voluntad" encabezada por Estados Unidos.
No se preocupe: esto no es una llamada a la apatía política o incluso a la cancelación de la ayuda al desarrollo. Es un llamado a una mayor sinceridad política y modestia. Y a mayor coherencia política. Porque más allá de la diplomacia bélica y el diálogo con los dictadores, hay muchas maneras de reducir las causas que motivan a los miles de refugiados a huir de sus países.
Pequeños campesinos hambrientos
La lista es larga. Por ejemplo, los pescadores en Senegal podrían vivir de su captura si las flotas de la UE no saquearan el lecho marino de las costas de África Occidental. Y los pequeños agricultores africanos no perderían sus medios de subsistencia si la UE dejara de subsidiar sus exportaciones agrícolas a los mercados africanos.
Alemania podría contribuir a mitigar los efectos del cambio climático si reduciera más sus emisiones de dióxido de carbono. La desertificación y el aumento del nivel del mar debido a las condiciones climáticas extremas afectan más duramente a los más pobres. Y si el Gobierno federal no exportara armas a Arabia Saudita, Argelia, Turquía u otras regiones en crisis, ganaría en credibilidad.
De modo que Berlín podría dar ejemplo si fuera más coherente. ¿Cuánto tiempo más se priorizará el argumento sobre la destrucción de empleos si Alemania ya no exportara armas a las áreas en crisis? ¿O que la protección del clima castiga a la industria?
Nosotros como ciudadanos y votantes también debemos responder algunas preguntas. ¿Estamos listos para reequilibrar nuestros estándares de prosperidad y calidad de vida? Es una pregunta que todavía no encuentra respuesta. En cambio, se repite una y otra vez el cuento de hadas acerca de cómo combatir las causas del problema. Igual que hace 25 años.
Astrid Prange de Olivera (DG/FEW)
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