Opinión: ¡Felicidades, Berlinale!
22 de junio de 2018Normalmente, el público en general suele desconocer a los directores de los festivales de cine. No es el caso con directores de teatro o de grandes orquestas. Al fin y al cabo, estos intervienen directamente en el proceso artístico, la puesta en escena o la dirección de las obras. Los directores de los festivales de cine, por el contrario, dirigen tras las bambalinas.
En este sentido, resultó ser una sorpresa cuando la disputa por el nuevo puesto de jefe de la Berlinale saltó a la opinión pública. De repente, el jefe actual y hasta 2019 de la Berlinale, Dieter Kosslick, fue atacado duramente. Kosslick fue acusado de inflar el programa, que a menudo mostraba una calidad mediocre de las películas invitadas a la Berlinale, especialmente las cintas a concurso que optaban al Oso de Oro.
Carlo Chatrian, de Locarno a Berlín
Hay un ápice de verdad en las críticas: Kosslick y su equipo prestaron muy poca atención a la calidad en la selección de las películas de esta prestigiosa competición. Quien haya aguantado las 20 o más películas a concurso por el Oso de Oro año tras año, como el autor de estas líneas, sabe de lo que está hablando.
Por lo tanto, el nuevo jefe debe ser un cineasta que sepa de historia del cine y arte fílmico. Este fue el requerimiento de los que criticaron a Kosslick el año pasado. Y eso es exactamente lo que ha hecho el comité de selección, que ha estado ocupado buscando a un sucesor en los últimos meses: ha nombrado a un cinéfilo para dirigir la Berlinale. El italiano Carlo Chatrian ha dirigido el Festival en Locarno, Suiza, con gran éxito en los últimos años y es un conocedor de la historia del cine, ha investigado y escrito sobre el séptimo arte y sus creadores. Además de ser curador y responsable de algunas retrospectivas históricas del cine.
Una mujer apoyando al nuevo director
La holandesa Mariette Rissenbeek, anteriormente directora general de "German Films", la institución que representa en el extranjero a las películas alemanas, trabajará junto a él. Ella también es experta. El italiano, que será responsable del programa en el futuro, ha llevado al Festival de Locarno hacia el éxito en los últimos años. Por un lado, muchos alabaron su programa equilibrado entre arte fílmico, experimento y vanguardia y, por el otro, el encantador cine comercial y las películas para el gran público.
En particular, sus retrospectivas sobre películas históricas reciben muchas críticas positivas. "Amado y reprimido - El cine de la joven República Federal de Alemania" de 2016 fue, por ejemplo, un espectáculo histórico-cinematográfico sobre la película alemana de la posguerra en Locarno, que hubiera encajado en la Berlinale. Es decir, Chatrian sabe de cine o tiene la habilidad de ubicar a las personas adecuadas para que decidan sobre cada una de las categorías del programa fílmico.
Sin devoción por la alfombra roja
Además, todos hablan maravillas del humilde comportamiento del director, nacido en 1971 en Turín. Su labor es "anteponer a los cineastas". Esta es la cita del italiano que se puede leer en todas partes. "No soy yo quien debe estar delante, en la alfombra, sino los directores y sus películas". Esa es una buena declaración de intenciones. No suena nada mal si el jefe de un gran evento cultural es un profesional en ese campo y cede terreno a los artistas.
Esto es también arte: invitar a las películas correctas, elegir expertos y delegar. El resto se desarrolla por sí solo. La solución de gestionar la Berlinale con dos personas en el futuro tampoco es incorrecto. Una mujer fuerte que dé vía libre a Carlo Chatrian a la hora de tomar decisiones artísticas sobre el programa.
Jochen Kuerten (RMR/EL)
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