Opinión: Merkel: "Alemania, somos todos nosotros"
22 de marzo de 2018Angela Merkel expuso los objetivos de su cuarto mandato durante su discurso inaugural de gobierno en Berlín. Las expectativas no eran muy altas. Después de todo, la canciller alemana no es conocida por su gran retórica, sino más bien por su comportamiento sobrio y pragmático. Por lo tanto, nadie esperaba una señal enfática al comienzo de este nuevo gobierno.
Pero de alguna manera, la canciller parece también haber entendido que actualmente es importante poner más énfasis en la política. El ánimo de la época ha cambiado y está menos orientado hacia el consenso.
Muchas cosas mal hechas
Por lo tanto, fue correcto que Merkel describiera la situación en Alemania con una autocrítica inusual, justo al comienzo de su discurso. El país está dividido y polarizado, lleno de preocupaciones y temores, según Merkel. Su famosa frase "¡Podemos lograrlo!" en el punto álgido de la crisis de los refugiados se había convertido en "punto de aclaración de este conflicto".
Pero también fue bueno que Merkel recordara cuánto tiempo la comunidad internacional -y Merkel incluida- cerró los ojos ante las consecuencias de la guerra de Siria en sus países vecinos. Es decir, no querían ver la realidad de los refugiados en los enormes campamentos y su difícil situación. Y que Alemania optó por un " inadecuado sistema de Dublín" en la UE, esperando que los refugiados no llegaran hasta Alemania.
Este repaso histórico fue correcto. Pues los hechos pueden calmar mentes. Y las emociones por sí solas no ayudan.
¿Aliento para los populistas?
Sin embargo, Merkel no dijo algunas cosas. Como que en ese momento, en el verano de 2015, Alemania también había discutido el cierre de sus fronteras - por lo que también habría habido una alternativa a la apertura de las mismas. Esa política de refugiados ha dividido a Europa. Algo que fue inmediatamente recordado por el líder de la AfD, Alexander Gauland, en su respuesta a Merkel.
En su denominada "verdad completa", Merkel podría haber ofrecido algún tipo de disculpa. Especialmente a las víctimas de los ataques terroristas de los últimos dos años, que fueron perpetrados por refugiados. Pero, al menos, Merkel se refirió a dichos acontecimientos.
Del mismo modo habló abiertamente de los errores de la política de integración de las últimas décadas. Que han conducido también a sociedades paralelas y a estructuras criminales entre los migrantes. Y que la crisis de los refugiados fue la gota que derramó el vaso por estos errores. Gauland acusó a Merkel de querer distraer de sus propios errores. Pero también este preámbulo histórico en el discurso de Merkel fue parte de un análisis importante.
Merkel: "¡Alemania, somos todos nosotros!"
Otro punto inusual fue el tono de Merkel. Y cuán decididamente defendió su política. Por ejemplo, cuando habló del ataque con veneno en el Reino Unido y de que había muchas evidencias sobre Rusia. Merkel respondió tajante: "Me alegraría si no tuviera que nombrar a Rusia. Pero tampoco es posible obviar las evidencias".
Merkel admitió que la solución a la crisis del diésel saldría pronto de su encrucijada. O que 8.000 nuevos empleos para el cuidado de ancianos son solo una de tantas cosas por resolver. No solo querer vender política, sino explicar, lo más transparente posible, podría ser un remedio para el populismo.
En general, es un buen comienzo: porque hay mucho en juego. Por lo tanto, recuperar la confianza política, no sólo para los partidos individuales, sino también para el sistema. La frase final de Merkel "Alemania, somos todos nosotros" fue, por lo tanto, una señal correcta de reconciliación - incluso si lo hubiera dicho de forma más dramática. Pero el período legislativo recién está comenzando.
Kay-Alexander Scholz (ct/jov)
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