Opinión: Brexit, un error histórico
17 de junio de 2016El brutal asesinato de la diputada laborista Jo Cox marca un nuevo punto bajo en la terrible batalla por el brexit. A pesar de que aún no está muy claro si existe una conexión entre la muerte de la joven política y su campaña por la permanencia en la Unión Europea, la interminable ola de mensajes de odio contra los proeuropeos -atizada por la campaña a favor de la salida- pareciera incitar a individuos problemáticos, que interpretan las consignas como una licencia para matar a sus adversarios.
En el complejo entramado de argumentos y emociones, se pierde de vista el verdadero objetivo. La permanencia o salida de Gran Bretaña de la UE nos concierne a todos. El brexit podría dar impulsos a nacionalismos y gobiernos autoritarios, socavando nuestro fundamento político. Podría resultar ser el mayor error en la historia reciente.
Veneno populista
Los representantes de la campaña a favor del brexit, como Nigel Farage, son el equivalente a los populistas de derecha en otros países europeos. Farage es comparable a Marine Le Pen, en Francia: un político que denuncia el sistema y que, al mismo tiempo, se aprovecha de él para obtener más poder. También están los arribistas descarados como Boris Johnson, que anhela el puesto del jefe de Gobierno, David Cameron, sin importarle que esto pudiera dañar a su propio Partido Conservador. Por su parte, Michael Grove, del ala antieuropea, pinta el brexit como una gran aventura.
El lema principal de los populistas reza “tomen el control”. Así, crean una ilusión que es especialmente atractiva para aquellas personas que se sienten perdedoras de la globalización. El mensaje de la prensa antieuropea, que presenta a Bruselas como la raíz de todos los males, surte efecto sobre todo en las regiones del norte y de la costa, que han sido relegadas económicamente. Aquellos que han perdido su empleo y que han sido arrollados por el cambio social creen que ha llegado la hora de defenderse.
¿Dónde quedaron los hechos?
La campaña a favor del brexit echó mano constantemente de estadísticas falsas y mentiras. Michael Glove, por ejemplo, incluso mintió sobre la historia económica de su familia con tal de arremeter contra Europa. Pero eso no tiene importancia, puesto que la lucha no se basa en hechos, sino en emociones. Las personas no están interesadas en los argumentos del otro bando, sino que quieren ver confirmados sus puntos de vista.
Los argumentos racionales tienen poco efecto. El jefe del Banco de Inglaterra, reconocidos académicos, jefes de Gobierno europeos e influyentes empresarios han recomendado a los votantes permanecer en la UE. A los defensores del brexit no pareciera importarles el hecho de que la vida se volvería más complicada e incierta tras la salida del bloque comunitario. Únicamente pareciera importarles vengarse del odiado sistema.
Algunos creen que la muerte de Jo Cox podría hacer reflexionar a algunas personas. En caso de que los británicos decidan despedirse de Europa, esto no solo afectaría su futuro, sino el de todos nosotros. Desde su fundación, la UE ha sido sobre todo una fuerza positiva. No obstante, se ha vuelto muy impopular admitir esto.
Cabe esperar que el sentido común de los votantes británicos impida que se dejen engañar por las promesas de los demagogos. Hoy día, nadie puede predecir las consecuencias del brexit. Ojalá nunca sepamos cuáles serían.
Para aprender: aquí puede usted leer la versión original de este artículo en alemán.