Opinión: ¡Bravo Guatemala!
8 de septiembre de 2015Guatemala suele dar pocos titulares. Normalmente, el pequeño país centroamericano suele quedar a la sombra de México. Pero, precisamente esta vez, Guatemala le ha dado una lección a su poderoso vecino del norte: merece la pena luchar contra la corrupción y esta lucha puede discurrir por cauces propios del Estado de Derecho.
Desde hace cinco meses el pueblo guatemalteco sale a las calles. Sus exigencias se han cumplido: el presidente del país, Otto Pérez Molina, renunció en medio de acusaciones de corrupción y se encuentra en prisión preventiva. La ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, fue detenida por corrupción el pasado 21 de agosto. En medio de las protestas masivas, ocurrió otro hito político: en las elecciones presidenciales y parlamentarias del pasado domingo (06.09.2015) participó el 70 por ciento de las personas con derecho a voto. Se trata de la tasa más alta desde que concluyera una guerra civil que duró décadas.
Rebelión y renovación
Esta elevada participación supone la renovación política de un país que aún padece las consecuencias de una cruel guerra civil, en la que murieron asesinadas más de 200.000 personas y más de un millón abandonaron el país. Jimmy Morales, que ganó por sorpresa la primera vuelta de las elecciones presidenciales, representa el ansiado cambio. Como candidato del partido nacionalista FCN logró el 24, 51 por ciento de los votos, según el conteo realizado hasta ahora.
Aún no está claro contra quién habrá de verse las caras contra Morales en la segunda vuelta, que se celebrará el próximo 25 de octubre. Los resultados de sus rivales políticos están tan cerca unos de otros, que solo el recuento definitivo podrá arrojar claridad sobre el resultado final. Hasta ahora se han contabilizado el 98,32 por ciento de los votos.
Es incierto si el favorito, Jimmy Morales, puede satisfacer las grandes expectativas depositadas sobre él. Morales tiene 46 años y es conocido en su país como cómico de la televisión y predicador evangélico. Morales salió beneficiado de las protestas masivas, porque era el único candidato que no pertenecía a la clase política.
Lo que a primera vista puede parecer un inconveniente, podría al final revelarse como una oportunidad, pues el impulso para el cambio no viene en Guatemala desde dentro sino desde fuera, concretamente de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG)
Investigadores tenaces
La Comisión, creada en 2007 con apoyo de Naciones Unidas, se ha ganado un enorme respeto gracias a que ha ayudado a esclarecer numerosos escándalos, entre ellos, el más reciente caso de corrupción que atañe a la aduana guatemalteca.
Sin el trabajo de la CICIG, las masivas protestas contra la corrupción no habrían tenido éxito. Es más: sin un sistema judicial eficaz, la corrupta casta política permanecería impune en el poder y continuaría enriqueciéndose.
Por eso el trabajo de la CIGIG no se puede ponderar lo suficiente. Ha establecido en Guatemala las condiciones básicas para lograr un Estado de derecho, algo indispensable en una democracia. Si ahora la Comisión consigue fortalecer ese Estado de derecho y dejar claro a los políticos locales que también a ellos se les aplican las leyes, realmente Guatemala se convertiría en el país de la eterna primavera.