Opinión: Berlín necesita una posición firme frente a Turquía
16 de octubre de 2019Después de la intervención turca en el norte de Siria, ¿sigue Alemania exportando armas a Ankara, o no? Oficialmente, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores: las armas que puedan ser utilizadas en Siria ya no se suministrarán. Pero eso también significa que todavía hay exportaciones que ya han sido aprobadas. Un hecho que diferencia a Turquía de Arabia Saudí, donde el Gobierno alemán detuvo completamente las exportaciones de armas tras el asesinato del periodista crítico Jamal Khashoggi hace un año. Los expertos también sospechan que la mayoría de las armas que Turquía recibe de Alemania este año están destinadas a las fuerzas navales. Y no se necesitan en el norte de Siria.
En la conferencia de prensa celebrada el lunes en Berlín, los representantes del Gobierno de Merkel expresaron claramente su satisfacción y que, tras las explicaciones correspondientes, el tema no sume otro dolor de cabeza más a la ya difícil relación germano-turca. Se puede mostrar ciertamente una posición firme, declarar en conjunto con otros países europeos una prohibición de las exportaciones de armas, sin que esto traiga consecuencia alguna.
Un tercio de las exportaciones a Turquía
El hecho concreto es que después de que Turquía ha estado militarmente activa en Siria en varias ocasiones en los últimos años, las exportaciones de armas alemanas han ido disminuyendo. Pero siguen siendo elevadas; el año pasado representaron alrededor de 240 millones de euros, casi un tercio del total de las exportaciones. Y a diferencia de Estados Unidos, por ejemplo, donde las fábricas de armamento producen mucho para las fuerzas armadas de su propio país, las armerías alemanas trabajan principalmente para la exportación. Esta es una de las razones por las que el Gobierno alemán está teniendo dificultades para detener el suministro de armas. Además, Turquía sigue siendo miembro de la OTAN.
Por otra parte, es el ADN de la posguerra, primero de la antigua República Federal y luego también de la Alemania reunificada, el de alzar la voz en todas partes contra las aventuras militares. En el caso de Turquía, esto conduce a esa extraña presión. Preferiblemente nada debería cambiar, no todo el mundo tiene que darse cuenta de ello. Esta actitud se ve reforzada por otros factores: alrededor de 3,5 millones de turcos viven en Alemania, el mayor grupo de extranjeros. Pero según las estimaciones también hay hasta 1,5 millones de kurdos en el país. El Gobierno teme que el conflicto se produzca también en territorio alemán. El temor es que los tonos agudos contra el presidente Erdogan puedan favorecerlo. Además, se necesita a Turquía: el Pacto de refugiados UE-Turquía garantiza, al menos por el momento, que cientos de miles de refugiados no vuelvan a entrar en el país como lo hicieron en 2015.
Si quieres que te tomen en serio
Pero ese podría ser el error: si los europeos, incluidos los alemanes, no advierten al presidente turco de que sus acciones en el norte de Siria causan daño, muchos refugiados empezarán entonces a dirigirse de nuevo hacia Europa. Mantenerse en contacto con el Gobierno turco, como quieren los alemanes, es correcto. Pero Berlín no debería descartar medidas políticas enérgicas como el cese general de las exportaciones de armas para siempre. De lo contrario, en el Bósforo nadie tomará en serio a los alemanes.
(ct/ee)
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