ONU desde Bonn, por el desarrollo sostenible
11 de julio de 2006Aunque el Mundial de Fútbol, durante el cual "el mundo estuvo entre amigos", se ha acabado, Alemania seguirá acogiendo gustosa al mundo, esta vez en forma del nuevo campus de Naciones Unidas en Bonn. Así lo afirmaron durante su acto inaugural tanto la canciller alemana, Angela Merkel, y como el ministro federal de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel.
Hay espacio para más
A las verdes orillas del Rin, los 115 metros de altura del Langer Eugen -edificio de 31 pisos que albergó de 1969 a 1999 las oficinas de los diputados de la república de Bonn- son desde hoy la nueva casa de once organizaciones de Naciones Unidas. El acento de éstas está puesto en el desarrollo sostenible. Además, el antiguo edificio del Bundestag será dentro de poco la residencia de una décimo segunda organización de la ONU: la Secretaría para el Medio Ambiente. "Y tenemos espacio para más", subrayó Gabriel añadiendo que el Gobierno alemán aboga por que la antigua capital sea también la sede de UN Water.
Ideales
Dejando de lado la importancia arquitectónica que pueda tener este "largo Eugenio" –llamado así en honor al entonces presidente del Parlamento Eugen Gerstenmaier-, el valor simbólico del Langer Eugen y del propio Bundestag es de envergadura. "Este edificio en donde se decidió la reunificación de Alemania se entrega ahora a Naciones Unidas", recalcó la canciller Merkel, para quien es de suma importancia que las organizaciones que albergan estas históricas construcciones tengan su punto central en el desarrollo sostenible de agua, suelo, biodiversidad y energía. "La protección del medio ambiente y con ello de la vida del planeta es uno de los ideales que persigue el Gobierno alemán", subrayó Angela Merkel, añadiendo que "los ideales deben dejar paso a las realidades".
Cambiando la realidad
Y la realidad se modifica mejor desde el poder que puede conferir un sitio permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ése es el deseo latente de Alemania que hoy, sin embargo, fue expresado sólo tácitamente. Las emotivas palabras inaugurales con las que el Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, subrayó la idoneidad de Alemania como un miembro de Naciones Unidas y el que haya añadido que "es hora de que el Consejo de Seguridad sea reformado y adecuado a la realidad" podría entenderse como un espaldarazo a los propósitos germanos de ocupar, al fin, un sitio permanente.
Miel para Alemania
Como fuere, según Annan, Alemania se ha convertido en un país clave para el trabajo de las Naciones Unidas, sobre todo cuando de paz y guerra se trata. Que desde Bonn, la Organización de las Naciones Unidas labore a favor de la protección del Medio Ambiente y los animales, y que desde aquí envíe a sus voluntarios representa para su Secretario General contar con "un apoyo en el que se puede confiar", pues por haber pasado por el horror de la guerra, así Annan, "Alemania sabe a ciencia cierta los malos senderos que puede seguir una sociedad. Y a pesar de ello o quizá por eso mismo se han convertido en ciudadanos del mundo constructivos y generosos que se sienten solidarios con los pueblos necesitados".
"Por eso no es de admirar que Alemania se haya convertido en un importante centro de las actividades de Naciones Unidas", concluyó el Secretario de la ONU antes de disponerse a cortar, junto con la canciller alemana, la banda azul de la nueva y alta sede germana de Naciones Unidas y a presenciar cómo se izaba la banderita azul que simboliza los ideales que se perseguirán firme y ojalá efectivamente desde este apacible rincón renano.