Olaf Scholz, Cum-Ex y el enigma de la memoria
17 de enero de 2023El nuevo año tiene reservadas algunas molestias para el canciller de Alemania. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) quieren volver a citar a Olaf Scholz a declarar ante la comisión de finanzas del Parlamento. Dicen que el político socialdemócrata no habría dicho la verdad en las consultas relativas al escándalo Cum-Ex. Esto, al menos, probaría el protocolo recientemente desclasificado de una reunión de la comisión realizada en julio de 2020.
El documento muestra que Scholz recordó en julio una conversación que tuvo con el banquero Christian Olearius, involucrado en Cum-Ex. Pero desde septiembre de 2020, Scholz dice no recordar nada de dicha reunión.
"Las declaraciones contradictorias y la repentina pérdida de memoria del canciller en tan pocos meses plantean una serie de interrogantes", dice a DW Matthias Hauer, parlamentario de la CDU. Ante las comisiones, los testigos están obligados a decir la verdad, de lo contrario pueden ser llevados a juicio.
El Estado saqueado
Cum-Ex es el mayor fraude fiscal de la historia de la República Federal de Alemania. A la fecha, hay 1.500 sospechosos y alrededor de 130 bancos involucrados. Se trataba de obtener una devolución por impuestos que nunca fueron pagados. Una vez al año, las empresas que cotizan en la bolsa determinan el importe de los beneficios que deben distribuir a sus accionistas. Hay que pagar impuestos sobre esos dividendos, que pueden reembolsarse en determinadas circunstancias.
Con la ayuda de los bancos, paquetes accionarios con (cum) y sin (ex) derechos de dividendo eran movidos de un lado a otro en la fecha de registro de ganancias con tanta frecuencia, que llegaba un punto en que las autoridades fiscales ya no podían rastrear realmente quién era el propietario. En algunos casos se consideró que había varios propietarios, y todos recibían de los bancos comprobantes por los impuestos pagados, que luego usaban para exigir su reembolso.
De esta forma, la Oficina de Impuestos reembolsó tributos que nunca recibió. Recién en 2012 intervino en Poder Legislativo y puso fin a esas transacciones opacas. Se estima que el daño a los contribuyentes ascendería a más de 10 mil millones de euros.
Visita a Hamburgo
El banco M.M. Warburg, de Hamburgo, también estuvo involucrado en el escándalo. Las auditorías comenzaron en 2016, y se suponía que el banco devolvería 47 millones de euros por reembolsos recibidos de forma indebida. El director y copropietario de la entidad, Christian Olearius, hizo todo lo posible para evitar esa devolución
Se dice que Olearius tenía una fuerte influencia entre las autoridades y políticos de Hamburgo, y también habría recurrido a Olaf Scholz, entonces alcalde de la ciudad. Al final, las autoridades fiscales de Hamburgo condonaron la deuda, aunque después el Ministerio Federal de Finanzas les exigió cobrar el dinero.
No prometen nada, pero...
¿Intervinieron Scholz y otros políticos del SPD a favor del banco Warburg en Hamburgo? El canciller lo ha negado varias veces. Tampoco hay evidencia al respecto en los diarios de Christian Olearius, que fueron requisados durante los registros policiales. En ellos solo anota la reacción del alcalde: Scholz "escucha atentamente y hace preguntas inteligentes". Y más: "No nos prometen nada, tampoco lo esperamos o exigimos. Puedo ponerme en contacto en cualquier momento, él espera lo mismo".
En una segunda cita, Olearius, como dice en su diario, entregó a Scholz "un documento de siete páginas donde explica por qué Warburg Bank tiene derecho a los fondos Cum-Ex y que su devolución al fisco supone "una amenaza para la existencia del banco".
Los partidos protegen a su canciller
La CDU y la CSU quieren ir más allá, pero para ello deben contar con la mayoría de la comisión, y eso es poco probable. Socialdemócratas, liberales y verdes, que son los partidos que componen la coalición de gobierno, están listos para proteger al canciller.
"Mientras Olaf Scholz y el gobierno federal luchan con éxito contra la crisis, la Unión sigue con su espectáculo", critica Michael Schrodi, portavoz de política financiera del SPD en el Bundestag. En las actas que se conocen ahora, Scholz se limitó "a repetir lo que había leído en la prensa sobre las reuniones", pero "no es que recuerde las reuniones o su contenido", defiende. Por ende, no hay razón alguna para volver a interrogarlo, explica a DW.
Los liberales tampoco tienen interés en nuevos interrogatorios. Eso sería "perder el tiempo", dice Markus Herbrand, líder del Partido Demócrata Liberal (FDP) en la comisión. El canciller ha dicho ya varias veces que no puede recordar nada, por lo que citarlo nuevamente carece de sentido.
(dz/cp)