Objetivo: mantener la liquidez griega
16 de julio de 2015La decisión más importante se tomó en Fráncfort: el Banco Central Europeo (BCE) resolvió volver a surtir de dinero a los cajeros automáticos griegos y elevó la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) en otros 900 millones de euros. Eso debería bastar apenas para garantizar la liquidez a corto plazo. “La situación ha cambiado”, declaró el jefe del BCE, Mario Draghi. Consideró que el “sí” del parlamento griego y la aprobación de un financiamiento puente por parte de los ministros de Hacienda del eurogrupo son base suficiente para que pueda materializarse un tercer paquete de ayuda, lo que abre a Grecia la posibilidad de obtener más ayuda para mantener la liquidez. En consecuencia, los bancos griegos podrían volver a abrir el lunes, bajo ciertas condiciones. Sin embargo, los controles de flujo de capitales deberán mantenerse en su mayor parte.
Draghi tiene además otro aliciente para Atenas: si la implementación del programa de ayuda marcha bien, Grecia podría ser considerado también en el programa mediante el cual el BCE compra bonos de países de la eurozona. De paso, el director del Banco Central Europeo afirmó que “nadie niega que se necesita un alivio de la deuda, pero la pregunta es cuál es la mejor forma, dentro de nuestro marco legal”.
Bruselas y el eurogrupo
Otra decisión importante se tomó en la Comisión Europea, que debía constatar si se cumplen las condiciones para iniciar negociaciones con Grecia. Dado que el Parlamento de Atenas aceptó las pautas y aprobó las primeras cuatro leyes que han de servir de marco a las reformas, la conclusión de Bruselas fue afirmativa.
El siguiente paso lo dio el eurogrupo, cuyos ministros de Hacienda resolvieron que se pueden emprender las negociaciones, aunque quedan más condiciones por cumplir: por ejemplo, el Parlamento griego deberá aprobar el próximo miércoles la siguiente serie de leyes reformistas.
Además, los ministros aprobaron en el último minuto un financiamiento puente, con recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF), revivido ad hoc. Grecia necesita unos 7.000 millones de euros hasta el lunes para efectuar pagos al BCE y al Fondo Monetario Internacional. Si no cumple esos pagos, las negociaciones sobre el tercer paquete de ayuda no podrían siquiera comenzar.
Parlamentos nacionales
Se espera que no desbaraten ahora el plan los Parlamentos de los países acreedores, que en algunos casos deben dar luz verde y en otros deben ser al menos consultados. En Finlandia, que se cuenta entre los “duros”, una comisión extraordinaria ya aprobó las negociaciones. En Holanda los debates han sido muy encendidos, pero el Parlamento de ese país no tiene facultad para oponerse. El Parlamento eslovaco también ha dado entretanto luz verde y se espera que el viernes hagan lo propio los legisladores de Berlín y Viena.
Si todas las condiciones formales y legales se cumplen hasta el miércoles de la próxima semana, podrían comenzar las negociaciones. No obstante, persiste el problema político de fondo: los países bálticos, al igual que Holanda, Alemania, Eslovaquia, Eslovenia y otra serie de países de la eurozona, confían solo a medias en la voluntad de Alexis Tsipras de llevar a cabo las necesarias reformas en Grecia.