Obama, Trump, Biden: su impacto en la economía de EE. UU.
23 de octubre de 2024Un análisis de los datos desde 2009 muestra que la economía estadounidense ha sido impulsada por acontecimientos mundiales, la evolución demográfica y las decisiones tomadas en la Casa Blanca.
El periodo comprendido entre 2009 y 2024 abarca los dos mandatos de Barack Obama, más los mandatos individuales de Donald Trump y Joe Biden, cuya presidencia llega ahora a su fin.
Una mirada retrospectiva
Hubo dos grandes disrupciones durante este periodo: la crisis financiera que comenzó antes de que Obama asumiera su cargo y la pandemia de COVID-19, que golpeó la economía en el último año de la administración Trump, en 2020.
La crisis financiera llevó a algunos a temer el colapso de todo el sistema bancario. Poco después, GM y Chrysler, dos de los mayores fabricantes de automóviles estadounidenses, se declararon en quiebra para reorganizar sus negocios, y el mercado de la vivienda, concretamente el de las hipotecas, se desmoronó.
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto más inmediato en las economías estadounidense y mundial. Los confinamientos, la escasez debida a problemas en las cadenas de suministro y el cierre de fronteras provocaron caos económico y pérdidas masivas de puestos de trabajo.
En parte gracias a los cuantiosos cheques de estímulo, EE. UU. consiguió salir rápidamente de la depresión pandémica y presentó una fuerte recuperación.
El PIB frente a otros gigantes
Uno de los problemas a la hora de comparar el impacto de los presidentes y sus políticas es el desfase entre la toma de decisiones y el efecto de estas.
Invertir en infraestructuras o en industrias como la fabricación de chips es necesario, pero los beneficios solo se notan a largo plazo. Reforzar la frontera con México impide la entrada de algunos inmigrantes, pero la falta de mano de obra tarda en afectar los precios en los supermercados.
Otro reto consiste en evaluar el impacto de los presidentes independientemente de las decisiones que tomaron junto con el Congreso o instituciones independientes como la Reserva Federal.
Desde 1990, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita estadounidense ha crecido cada año, excepto en 2009, como consecuencia de la crisis financiera. El año pasado, el PIB per cápita superó los 81.000 dólares.
Al mismo tiempo, en lo que se refiere al porcentaje anual de crecimiento per cápita, China e India han registrado un mayor incremento.
En 2023, el PIB total de Estados Unidos ascendió a la asombrosa cifra de 27,36 billones de dólares, convirtiendo a la economía norteamericana en la mayor del mundo. China ocupó un distante segundo lugar, con 17,66 billones de dólares, seguida de Alemania y Japón.
Muchos empleos
En los primeros meses de la presidencia de Obama, el desempleo subió debido a la crisis financiera. De abril de 2009 a septiembre de 2011, se situó en torno al 9 por ciento.
Después, la tasa de desempleo fue bajando lentamente hasta alcanzar su nivel más bajo desde los años sesenta del siglo XX. Actualmente ronda el 4 por ciento.
Desigualdad salarial
Asimismo, ha aumentado la desigualdad salarial: Estados Unidos es el país más desigual del grupo G7. El 1 por ciento de los estadounidenses más ricos posee una enorme proporción de la riqueza del país.
Para formar parte de este 1 por ciento se requiere un ingreso familiar anual de alrededor de un millón de dólares antes de deducir los impuestos. En comparación, en el Reino Unido se necesitan 250.000 dólares.
La inmigración está cambiando EE. UU.
Si bien es difícil medir la inmigración irregular, sí se puede contabilizar la documentada, como el número de tarjetas verdes concedidas: entre 2009 y 2022, más de 14 millones de personas obtuvieron ese estatus.
En los últimos 50 años, la población nacida en el extranjero que vive en Estados Unidos, legalmente o no, ha crecido considerablemente, según un informe publicado por la Oficina del Censo en abril.
En 1970, había 9,6 millones de residentes nacidos en el extranjero. En 2022, eran más de 46 millones, casi el 14 por ciento de la población total.
Alta inflación llega a Estados Unidos
Desde enero de 2009, la inflación se ha disparado, según el Índice de Precios al Consumidor.
Cuando Obama tomó posesión de su cargo, la inflación estaba en cero, entró en territorio negativo y llegó a subir hasta un máximo del 9,1 por ciento, en junio de 2022. El pasado mes de septiembre, bajó al 2,4 por ciento, el nivel más bajo desde febrero de 2021.
Este periodo relativamente corto de mayor inflación está teniendo una larga secuela y ha provocado grandes aumentos de los costos de vida para muchos estadounidenses.
Los precios de consumo han subido, provocando descontento entre los votantes. Es uno de los temas más importantes de este año y podría decidir las elecciones en los estados indecisos. También es una de las cosas más difíciles de controlar para cualquier presidente.
(vt/ers)