Obama gana en Alemania
1 de noviembre de 2008Si de los alemanes dependiera, el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses sería diáfano: Barack Obama arrasaría. Una encuesta realizada por el instituto demoscópico Forsa indica que las preferencias por Obama se elevan el 74% en Alemania. Otro sondeo, de la empresa Psychonomics, las sitúa en torno a un 70%. Y, en otros países, el grado de adhesión que despierta el candidato demócrata a la Casa Blanca es aún mayor.
Mala nota para Bush
“Después de ocho años de Bush, hay en Alemania un gran anhelo de un nuevo Estados Unidos”, opina Thomas Risse, experto en relaciones transatlánticas de la Universidad Libre de Berlín. Dar vuelta a la página de la actual administración estadounidense es lo que quisiera la mayoría alemana.
En la esfera política se suele guardar una diplomática reserva en lo tocante a las alternativas gubernamentales de otros países, sobre todo tratándose de un aliado de tanta importancia como Estados Unidos. No obstante, el ex ministro de Relaciones Exteriores germano federal Hans Dietrich Genscher ha expresado sin tapujos su devastador balance de la era Bush: “Creo que jamás un presidente estadounidense ha dejado su cargo con semejante legado para su sucesor”, señaló Genscher al periódico Westdeutsche Zeitung, de Düsseldorf.
Con respecto a Obama, Genscher calificó de “una especie de revolución cultural el que un hombre de origen afro-americano haya podido llegar a ser candidato presidencial y pueda convertirse en presidente” de Estados Unidos.
No hay interlocutor “fácil”
Si bien tal perspectiva agradaría a la mayor parte de la opinión pública germana, los políticos se muestran más cautelosos a la hora de evaluar lo que podría reportar la victoria de Obama, o la de su contrincante republicano, John McCain, en los comicios del 4 de noviembre. El vicepresidente de la Comisión Europea, el socialdemócrata alemán Günter Verheugen, considera que “cualquiera que sea el próximo presidente de Estados Unidos, no será un socio cómodo para Europa”.
Con McCain, el diálogo podría ser complicado por varios motivos, comenzando por su postura ante Rusia, cuya exclusión del G-8 ha llegado a reclamar. En el caso de Obama, a quien se ve como un interlocutor más llano en materia de protección del medio ambiente y en otros temas internacionales, también se perfilan algunos resquemores. El más citado se refiere a la perspectiva de que, llegado a la Casa Blanca, el líder demócrata reclame a los europeos más apoyo en la operación militar en Afganistán.
“America first”
Igualmente se manifiestan algunas dudas en cuanto a lo que podría significar una victoria de Obama en el plano económico. “La tentación de un presidente demócrata de ceder a inclinaciones proteccionistas es mucho mayor”, a juicio del europarlamentario liberal alemán Alexander Graf Lambsdorf, quien opina que “en lo que respecta al comercio mundial y la política económica, John McCain sería seguramente mejor para Europa que Barack Obama”. Otros, como el director de la sección de relaciones económicas externas de la Asociación Alemania del Comercio Mayorista y Exterior, Jens Nagel, hacen notar que ambos candidatos anteponen los intereses de Estados Unidos. “Quizá las diferencias no sean tan grandes cuando se trata de la libertad comercial, regulaciones para las importaciones, subvenciones y la protección de determinados sectores”, opina Nagel.
Pero no sólo de pan vive el hombre, sino también de esperanzas. Obama ha sabido alimentarlas, también en la opinión pública alemana y europea. Y los alemanes se lo agradecen, sin bien la mayoría de los ciudadanos germanos (el 56%, según la encuesta de Forsa) no cuenta con que el desenlace de las elecciones estadounidenses tenga repercusión en las relaciones entre Washington y Europa o Alemania.