Nuevos métodos estrechan el cerco en torno a la piratería internauta
27 de junio de 2009A día de hoy, Internet es territorio más o menos libre de reglas. Ya a la hora de perseguir los crímenes graves que se cometen a través o gracias a la Red se encuentran las fuerzas de seguridad con grandes dificultades; la lucha contra los delitos de categoría menor apenas se efectúa.
A ello se le suma que Internet es también una zona exenta de muchas malas conciencias. Llevarse un CD de la estantería de una tienda sin pagar es una falta moral. Pero bajarse gratis música, películas o cualquier cosa que circule por la Red no le ocasiona a casi nadie mayores remordimientos.
Los defensores de los derechos de autor saben que en esta guerra han perdido ya muchos puestos, pero no dan el ciberespacio por perdido. Las técnicas para seguirle el rastro a los buques propios y pillar in fraganti a los piratas avanzan. Media Search Framework se llama una de ellas. Patentado por CoSee, una compañía alemana de reciente creación, el método es capaz seguirle la pista a los datos leyendo sus marcas al agua.
Las ventajas de la marca al agua
Las marcas al agua que utiliza CoSee tienen poco que ver con los comunes símbolos que se descubren al colocar un billete a contraluz. Puesto que estamos hablando de datos, no son visibles ni táctiles; sí pueden escucharse, pero no por el oído humano.
El sistema que, con la ayuda del Instituto Fraunhofer para la Información Tecnológica Segura, con sede en la ciudad de Darmstadt, han desarrollado los fundadores de esta nueva compañía permite marcar en corto periodo de tiempo y a bajo costo grandes cantidades de datos con unas diferencias en el volumen y la tonalidad de los mismos que sólo se perciben con la ayuda del ordenador y sólo se descifran si se dispone del logaritmo correspondiente.
Así, prácticamente inalterados en su forma, los datos se tornan reconocibles para siempre. Borrar estas marcas al agua digitales sin destruir a sus portadores es prácticamente imposible, y éstas tampoco desaparecen con los cambios de medio: la marca se convierte en parte del dato y lo acompaña del ordenador al stick y del stick al nuevo CD sin apenas alterarlo. Esto supone una ventaja con respecto a los métodos de protección convencionales: el actual Digital Rights Management acarrea inconvenientes como el que ciertos aparatos no puedan leer las copias hechas de un CD comprado legalmente pero protegido con DRM.
Sin embargo, gracias a la nueva técnica del sellado, "el cliente honesto puede reproducir los datos que ha comprado en el aparato que prefiera sin que aparezcan problemas técnicos y sin pérdidas cualitativas. Puede incluso copiarlos en un CD o un en stick. Pero si es deshonesto y se los pasa a terceros, podría meterse en problemas. Si los datos acaban en portales de Internet a través de los cuales éstos se descargan ilegalmente, la marca al agua nos llevará hasta el dueño original", dice Martin Steinbach, uno de los socios y cerebros de CoSee.
Ocultos tras usuarios comunes
CoSee ofrece a sus clientes no sólo el marcado, sino también un servicio de búsqueda activa de dichos archivos. Estas señales no se descubren por sí solas: para saber dónde se encuentran los datos y si se está haciendo un mal uso de los mismos hay que rastrearlos.
En esta tarea, el Media Search Framework procede como un usuario convencional. Con múltiples direcciones electrónicas, se registra en diversos portales. Cuando entra en contacto con un archivo marcado lo detecta y reconoce su procedencia. El administrador de la página no puede saber si detrás del nombre se oculta uno de estos detectives internautas, de manera que para evitar su espionaje tendría que borrar las cuentas de todos los usuarios, lo que al fin y al cabo serviría a los intereses de quienes ostentan los derechos de autor.
Lo que suceda con los infractores una vez atrapados es cuestión del dueño de los derechos, dicen en CoSee. "Al fin y al cabo", comenta el director de la empresa, Patrik Wolf, si éste se decide por una advertencia, por una denuncia o por solicitar una indemnización"es cosa suya".
Autor: Luna Bolívar/ sit frauenhofer
Editora: Mirra Banchón