¿Nueva política alemana para Oriente Próximo?
10 de abril de 2015El presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi está desde hace un año en el poder. Pronto podría venir en visita oficial a Alemania. El ministro de Economía, Sigmar Gabriel, le transmitió en marzo la invitación, con un gesto que indicaba un cambio de posición frente a la exigencia de elecciones parlamentarias como condición para visitar el país.
Aunque el parlamento egipcio fue disuelto por el Tribunal Constitucional en 2012, aun no hay fecha para las elecciones y en Berlín se preguntan si la invitación supone un cambio de postura en la política sobre Egipto. Así se podría deducir también con la visita del presidente del grupo parlamentario CDU/CSU, Volker Kauder, a El Cairo hace poco. Según dijo a Deutsche Welle , por motivos económicos “El Gobierno egipcio quieren traer a más inversores alemanes”, aclaraba el político.
Crítica al viaje de Kauder
Entre las críticas a las que se enfrentó Kauder en Berlín por el viaje, el partido de La Izquierda destacó calificando su visita y la de Gabriels como de “mal gusto”. Para el Gobierno, las relaciones económicas son más importantes que los derechos humanos, criticó la diputada Christine Buchholz. También el político de Los Verdes Omid Nouripour exigía una aclaración sobre este cambio de postura. Si no se pone como condición las elecciones parlamentarias antes de que Al-Sisi visite Alemania, el presidente egipcio tampoco tendrá razón para convocarlas. Por eso, el Gobierno alemán debería poner condiciones a la cooperación con El Cairo. “Mayor apertura del espectro de partidos políticos, fin de la presión a los medios y que se libere a los prisioneros políticos”.
La misma postura defendió el experto en Oriente Próximo del SPD, Ralf Mützenich. Aunque comparta la preocupación de Kauder sobre la situación de los cristianos en el país, prefiere exigir elecciones democráticas antes de que Al-Sisi venga: “Creo que es importante mirar por la estabilidad en la región”, aclaró Mützenich: Hay que exigir respeto a los derechos humanos y una señal positiva para ello sería la liberación de los manifestantes egipcios condenados injustamente.
Problemas en Yemen
Nouripur fue más explícito a la hora de criticar la política alemana sobre el conflicto en Yemen. Para él, es absurdo que Alemania esté del lado de Arabia Saudita. Yemen tiene problemas que se solucionarían con una intervención militar exterior, pero como partidario de Arabia Saudita, Alemania pierde el papel de intermediario que le correspondería debido a su larga tradición de cooperación al desarrollo con Sanaa. En vez de eso, la oficina alemana de exteriores calificó los ataques a las milicias hutíes de Yemen como legítimos, por poner a la comunidad en una situación especialmente grave.
Para Mützenich, Arabia Saudita contribuyó además al caos en el país vecino, tratando de reprimir a los houthies, a quienes considera agentes iraníes, para evitar la hegemonía de Teherán. Pero realmente, esa no es la guerra que se libra en Yemen, sino más bien una originada por conflictos civiles internos.
Sin posición en Irak
Igualmente complicada es la situación en Irak. Para Nouripour, el Gobierno no contribuyó a la estabilización del país, sino que entregó armas a la Peschmerga kurda para frenar el avance del Estado Islámico. Ahora, la Peshmerga usa esas armas para desplazar a los sunitas del Kirkuk. Pero la estabilidad del país, solamente se conseguirá si se integra a los sunitas en las estructuras de Gobierno, para así poder terminar con el Estado Islámico. Para Mützenich también es difícil saber cómo actuar en Irak para frenar a los terroristas y terminar con la guerra civil. Aunque él mismo se haya mostrado escéptico sobre la entrega de armas a la Peschmerga, no tendría una respuesta clara a la pregunta de cómo combatir el Estado Islámico.