Nueva ministra de Defensa alemana, en medio de la tormenta
18 de julio de 2019En su 65 cumpleaños, la canciller, Angela Merkel, recibió dos regalos. Primero, su candidata para presidir la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, obtuvo en una ajustada votación la confianza de la Eurocámara. De este modo, Merkel logró colocar a la primera mujer en ese cargo, nunca antes ocupado por un alemán. A lo que hay que añadir la inesperada elección de Annegret Kramp-Karrenbauer para la plaza que quedaba vacante al frente del Ministerio alemán de Defensa.
Thriller político en Berlín
Durante días circularon rumores en Berlín que veían al ambicioso ministro de Salud, Jens Spahn, como sucesor de Von der Leyen en la cartera de Defensa. Aunque Spahn había perdido la batalla por la presidencia del partido, la CDU ante Annegret Kramp-Karrenbauer, a fines de 2018, se dice que el joven político todavía tiene ambiciones en la cuestión de la sucesión de Merkel como candidato a la Cancillería. Lo que en Alemania ya se ha bautizado como la "Cuestión K" (de "Kanzler", 'canciller'). Como ministro de Defensa podría haber dado un paso importante, algo de lo que aparentemente estaba bastante convencido. De hecho, su biógrafo se precipitó al tuitear la noticia el martes por la noche; pero sin duda alguien había echado las campanas al vuelo antes de tiempo.
Poco después, Merkel anunció por sorpresa desde la Cancillería que del Ministerio de Defensa se haría cargo la presidenta de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer. La política había estado últimamente bajo mucha presión, centrada en reformar la formación: tenía que hacerse con las riendas del partido después de 18 años de presidencia de Merkel. Pero AKK, como se la conoce en Alemania, también cometió errores. Parecía cada vez más nerviosa, las cifras de las encuestas cayeron, las críticas arreciaron, las dudas se fueron haciendo más patentes.
Sin embargo, Kramp-Karrenbauer dejó a todos creer que ella no tenía ambiciones de gobierno… hasta ayer. Debe haberse dado cuenta de que no puede conducir con el freno puesto. Cualquiera que quiera aspirar a convertirse en candidato a canciller debe probarse a sí mismo. Y un mero cargo en el partido no es suficiente para eso. Para labrarse autoridad y respeto en un partido de masas dominado por hombres no basta con sólo palabras: hay que hacerlo asumiendo responsabilidades y ejerciendo el poder.
En medio de la tormenta
Así que es lógico que ella siguiera su instinto de poder cuando Merkel le ofreció el Ministerio de Defensa. Si hubiera dejado que otro posible competidor tuviera prioridad, habría sido interpretado como una debilidad. Así que ella aceptó. Eso es lo que hacen los políticos de raza.
Es un bonito cumpleaños para la canciller. Solamente ensombrecido por los temblores en actos públicos. Ella deja claro a su manera que sostiene firmemente las riendas en sus manos, también al dirigir la lucha por su propia sucesión.
Si esta decisión resultará un éxito para Kramp-Karrenbauer es otro asunto. El Ministerio de Defensa esta considerada la cartera más difícil. Las luchas internas y las cuestiones de imagen lo convierten en un campo minado. Ahora Kramp-Karrenbauer tiene que atravesarlo sin sufrir daños. "Un piloto inteligente vuela alrededor de la tormenta", dijo ella en alguna ocasión. Ahora le toca volar a través del tornado.
(lgc/cp)
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