Nueva jornada sangrienta en Irak deja 35 muertos
30 de mayo de 2013
En 2006 Irak estuvo a un paso de entrar en una guerra civil. Lo que esa vez pudo evitarse parece cada vez más lejos del alcance de las autoridades del complicado país asiático, cuya capital sufrió este jueves (30.05.2013) siete explosiones en vecindarios chiítas y sunitas que dejaron un total de 16 personas muertas y decenas de heridas.
Uno de los artefactos, un coche bomba, estalló frente a un centro comercial ubicado cerca del centro de la ciudad. En ese ataque perdieron la vida varios policías. Otros barrios chiítas, como Al Sadr y Al Shab, también sufrieron el golpe de quienes aparentemente intentan desestabilizar al país con el objetivo de ver caer al régimen del primer ministro Nuri al-Maliki.
Un coche bomba explotó en el distrito de Binoog, mayormente suní, en el norte de Bagdad, matando al menos a cuatro personas. Ataques en otras localidades, en tanto, dejaron unos 19 fallecidos. En la ciudad de Ramadi, el gobernador de la provincia de Al Anbar, Qassem Mohamed, sobrevivió a un intento de asesinato con coche bomba.
ONU pide reacción a las autoridades
Ningún grupo se adjudicó los ataques, pero insurgentes sunitas y el brazo de Al Qaeda en Irak han incrementado sus operaciones desde comienzos de año como parte de una campaña para intensificar las tensiones, que comenzaron cuando fuerzas iraquíes realizaron una incursión en un campamento en la ciudad norteña de Hawija, enfureciendo a los sunitas.
Otro ataque ocurrió en Mosul, donde murieron cuatro policías al estallar un coche bomba en un puesto de control, según las fuerzas de seguridad. Luego del ataque se produjo un enfrentamiento que causó la muerte de otras tres personas. En otros atentados en la misma ciudad perdieron la vida seis personas.
“La violencia sistémica está a punto de explotar en cualquier momento si todos los líderes iraquíes no se unen para sacar al país de este caos”, dijo el enviado de Naciones Unidas a Irak, Martin Kobler. La violencia ha causado, desde abril, la muerte de un millar de personas. La tensión sectaria se ha visto incrementada con la guerra civil en Siria, donde los rebeldes sunitas intentan derrocar al presidente chiíta Bashar al-Assad.
DZC (dpa, Reuters)