¿Nos damos la mano? ¡Mejor no!
Tradicionalmente, estrecharse la mano es una forma de saludo profesional o entre amigos. Pero también es una forma de propagar enfermedades.
Una costumbre antigua
La práctica de estrecharse la mano tiene más de 2.000 años de historia. Tal y como puede observarse en este odre griego, la costumbre estaba documentada en la Antigüedad. Pero los antiguos griegos pensaban que las enfermedades se debían a desequilibrios en los fluidos corporales y a un castigo de los dioses, no a la práctica de darse la mano.
Gesto de paz
Se cree que la costumbre de estrecharse la mano pudo iniciarse cuando dos extraños se acercaban por primera vez con las palmas abiertas para demostrar que no se empuñaba arma alguna. Darse la mano produce una reacción química en el cerebro, que libera oxitocina, la hormona de la armonía y la amistad.
Significados ocultos
Al darnos la mano, comunicamos un mensaje sin palabras, que varía según la cultura. Si se da con firmeza, implica determinación en la cultura occidental, mientras que en otras sociedades se prefiere un contacto más suave para evitar dar la sensación de que se quiere dominar al otro.
Un hábito poco saludable
Estrecharse la mano puede significar el contagio de virus como el del resfriado y el de la gripe, parásitos como el de la sarna y bacterias como el estafilococo (en la imagen). Una persona resfriada, con restos de mucosidad en los dedos, puede contagiar a otras personas al darles la mano.
Prevenir con una higiene adecuada
Lavarse regularmente las manos con agua y jabón es la mejor prevención. Pero mucha gente no lo hace. Un estudio reciente comprobó que solo dos tercios de los hombres que utilizan los aseos públicos se lavan las manos después.
Fobia a estrecharse la mano
Famosos como Bill Gates y Donald Trump no dan la mano a sus semejantes por temor a los contagios. Alguien que tenga fobia a esta costumbre, suele llevar siempre consigo un desinfectante para usar con frecuencia. Pero esa persona corre el riesgo de parecer obsesiva. Sin embargo, hay alternativas para saludarse sin tener que estrecharse la mano...
Por pura precaución...
Se podría declarar los hospitales como "zonas libres de apretones de manos", por ejemplo. Cuanta más gente reciba el mensaje de que estrecharse la mano implica la propagación de enfermedades, más adeptos ganará la causa "antiapretón de manos".
Chocar los puños
Un estudio ha demostrado que un sencillo choque de puños es capaz de disminuir el contagio de enfermedades infecciosas un 90 por ciento respecto al saludo con las manos. Con personas como Barack y Michelle Obama como embajadores, quizá la causa "antiapretón" de manos gane nuevos adeptos.