Elecciones en Bolivia: “La OEA es lo mejor que tenemos”
10 de marzo de 2020"Independientemente de las acusaciones de politización, la Organización de los Estados Americanos (OEA) sí tiene un mandato directo y expreso en materias democráticas en América Latina", dice a DW Walter Arévalo, profesor de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario, de Colombia, quien agrega que "desde la Carta de la OEA se ha facultado a sus órganos a promover la democracia en América Latina, como lo dice el Artículo 2”.
La ominipresencia mediática de su secretario general, Luis Almagro, así como los duros enfrentamientos con los regímenes de Cuba y Venezuela, y últimamente con el expresidente de Bolivia, Evo Morales, han puesto, de nuevo a la OEA en el banquillo, acusada de "intervención, politización y sesgo político”.
Un estudio publicado el pasado 27 de febrero en The Washington Post concluye que, contrario al reporte de la OEA, "no hay ninguna evidencia estadística de fraude” en las elecciones presidenciales del pasado octubre en Bolivia, que daban como ganador al expresidente Evo Morales. El artículo se titula "Bolivia dismissed its October elections as fraudulent. Our research found no reason to suspect fraud” y fue redactado por John Curiel y Jack R. Williams, por encargo del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR).
Ambos analistas aparecen en la lista del Massachusetts Institute of Technology (MIT). El MIT empero, se empeña en aclarar en entrevista con DW que "aunque los autores trabajan para el Laboratorio de Elecciones en Estados Unidos, no se trata de un estudio del MIT”.
La OEA sí estuvo en Bolivia
Pero mientras los unos encuentran en los cálculos de Curiel y Williams la confirmación de que la OEA actúa con sesgo político, otros expresan dudas sobre la seriedad de dicho estudio. En cuanto al anuncio de Evo Morales de que iba a presentar una demanda contra la OEA, Calla Hummel, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Miami, EE. UU., señala que "no es una sorpresa que los autores de la publicación no hayan respondido al pedido de DW para explicar cómo llegaron a concluir que la OEA es la equivocada”.
La politóloga estadounidense, experta en política boliviana, pide "no olvidar que el estudio de Curiel y Williams fue pagado por el CEPR, una organización con intereses económicos propios”. Y en cuanto al estudio mismo, Hummel cuestiona que se tome en serio "un estudio hecho desde un escritorio en Estados Unidos, frente al de la OEA, que acompañó el proceso electoral y los comicios en Bolivia”.
Según Hummel, que investiga sobre la organización de cabildeo frente al Estado, "no hay un reporte más completo sobre las elecciones de Bolivia que el realizado por la OEA, puesto que es la organización que ha tenido la mayor cantidad de analistas y el mejor acceso a los datos en la misma Bolivia”.
Un argumento que respalda Detlef Nolte, profesor de la Universidad de Hamburgo y antiguo director del Instituto alemán para Estudios sobre América Latina (GIGA), con sede en Hamburgo. El profesor Nolte agrega que los analistas que rechazan el reporte de la OEA sobre irregularidades en Bolivia "no tienen en cuenta que la OEA encontró evidencias de fraude en el conteo de votos, la maquinaria de computación y otros campos", pero que "de eso no dicen nada porque no estaban en Bolivia para verlo”.
Informaciones que, recalcan tanto Hummel como Nolte, también fueron validadas por la misión de la Unión Europea (UE). "No hay que olvidar que Evo Morales llegó a las elecciones con una legitimidad muy cuestionada, tras desconocer el referendo popular, y basándose en una controvertida decisión de la Corte Suprema que consideraba que él tenía un derecho humano a una nueva candidatura a la Presidencia”, agrega Nolte, miembro de la Sociedad Alemana para Política Exterior.
¿América Latina sin la Corte Interamericana de Derechos Humanos?
El caso de Bolivia ha vuelto a estremecer las columnas de la OEA, más no sus cimientos, es la conclusión de los tres expertos en tres países diferentes.
Walter Arévalo, jurista con estudios en la Corte Penal Internacional de La Haya, pone otro ejemplo de los problemas que le toca a enfrentar a la OEA: "Venezuela, por ejemplo, se salió de la OEA, del sistema interamericano de Derechos Humanos pero sigue causando problemas a los Estados que permanecen en él”, y resalta que es "gracias al efectivo trabajo de los diversos órganos y mecanismos de la OEA que los países de América Latina, con graves problemas de gobernanza, violación de derechos humanos y legitimidad, han podido resolver muchos problemas que han resultado en el mejoramiento de políticas en la región. Todo, gracias al trabajo del Comité Jurídico Interamericano, la Comsiión Interamericana, o la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.
Este 20 de marzo los 34 países miembros activos de la OEA eligen nuevo secretario general. Almagro quiere ser reelegido, mientras Perú presentó su propió candidato. El tercero es una candidata, la diplomática ecuatoriana María Fernanda Espinosa, que quiere "ayudar a sanar las heridas" de América Latina, y quien considera que "es hora de que la OEA sea dirigida por una mujer".
Arévalo, como Nolte y Hummel, concluye que, a pesar o, gracias a Almagro, la OEA es subestimada en su efectividad, pero que en la realidad "es tan buena que no tiene parangón en el mundo”.
(cp)
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