Nina Hagen, medio siglo de provocación
2 de diciembre de 2004
La cantante se convirtió en uno de los grandes ídolos de los años 80 en Alemania. A punto de cumplir el medio siglo, Nina Hagen sigue estando de moda en cualquier fiesta alemana. Aquella jovencita nacida en Berlín oriental, tenía desde niña la ilusión de ser actriz. Y no sólo lo consiguió, sino que hizo del teatro una manera de vivir.
Experta en demoler los estereotipos sociales, provocar a la crítica y excéntrica por antonomasia, ya apuntaba desde muy joven a lo más alto. Tras sus primeros pasos musicales de juventud mientras Alemania todavía estaba dividida por el telón de acero, Nina saltó la barrera hacia el oeste para convertirse en una de las grandes estrellas de la música alemana.
Su apariencia extravagante sobre el escenario, su particular estilo y sus conciertos escenificados como obras de teatro, marcaron la línea musical de Alemania desde finales de los 70.
Profeta en su tierra
Tras su ascendente carrera alemana, las radios y discográficas abandonaron a la “irreverente” diva a su suerte. Su afán por romper estereotipos ya no vendía y Nina se embarcó en una carrera internacional. Sin embargo, no resultó tan fácil. Ni en Nueva York, ni en Río, ni en Inglaterra, llegó a cosechar éxitos musicales como los que había cosechado en su tierra. Aún así, siempre fue considerada como la mayor contribución alemana a la escena internacional del pop.
Eso sí, siempre fue la reina a la hora de llenar titulares. Bien sea por eróticas actuaciones, por sus teorías sobre los extraterrestres, o por su matrimonio con un jovencito en Ibiza, la provocación estaba servida. La cantante más estrafalaria de la escena alemana se dirigió de nuevo a su público materno a finales de los ochenta. Pese a que nadie es profeta en su tierra, Nina emergió ante el auditorio alemán para reconquistar los primeros puestos de las listas de éxitos.
Premio a medio siglo de carrera
Mientras las tendencias cambian con los tiempos, su éxito no cesa. Trabajos junto con músicos como Thomas D. o el grupo finlandés Apocalyptica, mantienen a la diva Hagen en lo alto. Incluso la generación más joven de alemanes sigue bailando al ritmo de sus canciones.
Tan poderosa razón motivó el homenaje que le rendirá la emisora de radio musical Eins Live. La cadena laureará a Nina por toda su carrera con el premio Eins Live Krone, que concederá por quinta vez. La cantante acudirá a la gala acompañada por bandas tan ilustres como los Toten Hosen o Rammstein.
Entre tanto, la inquieta cantante no descansa y sigue preparando su último trabajo. Nina recordará en su nuevo disco a muchas leyendas del jazz ya fallecidas. “No tengo ningún modelo pero todos los grandes espíritus y maestros son mis profesores”, declara la cantante. Nina sigue su carrera acercándose al medio siglo y, siguiendo su tónica habitual, llena titulares y salas. Como los viejos roqueros, la buena música de Nina nunca muere.