Neonazis se quedan sin lugar de peregrinación
21 de julio de 2011Los restos del jerarca nazi, hasta ahora sepultados en la localidad de Wunsiedel, en el sureste de Alemania, fueron exhumados en la noche del martes. Por expreso deseo de sus descendientes, serán incinerados y esparcidos después en alta mar.
La comunidad cristiana evangélica de Wunsiedel decidió denegar a la familia la prolongación del alquiler del sepulcro, que en realidad había vencido en 2007. Una nieta puso una denuncia pero, finalmente, la familia aceptó el desmantelamiento de la tumba.
Hess, condenado a cadena perpetua en los juicios de Núremberg al término de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), se suicidó ahorcándose con un cable el 17 de agosto de 1987 en su celda de la prisión aliada berlinesa de Spandau. Era uno de los pocos nazis que seguía en la prisión y tenía 93 años.
Imán para la extrema derecha
Sus restos fueron sepultados por propio deseo en el sepulcro familiar en Wunsiedel y, desde entonces, su tumba se convirtió en lugar de peregrinación habitual para la extrema derecha. Cada 17 de agosto, cientos de personas viajaban a esa localidad de 10.000 habitantes para honrar al "mártir" Hess, que nunca renegó de su pasado nazi.
Hess, que colaboró con Hitler en "Mi Lucha" y llegó a estar preso con él tras el fracaso del golpe de Estado de 1923 en Múnich, ya no descansa bajo tierra. Con ello dejarán de producirse las marchas ilegales que se repetían cada año, acompañadas siempre por denuncias y contramanifestaciones de protesta convocadas por partidos políticos democráticos y agrupaciones de la sociedad civil.
La comunidad cristiana confía en que al lanzar los restos al mar, deje de relacionarse Wunsiedel con Hess. "Con ello queremos evitar que Wunsiedel se convierta en lugar de peregrinación neonazi para la posteridad", explicó a dpa uno de sus portavoces, Peter Seißer. (dpa)