El brexit y la cultura
14 de junio de 2016La preocupación por los efectos negativos que tendría un brexit en el ámbito cultural llevó a casi 300 intelectuales británicos a publicar recientemente una carta abierta en el periódico The Guardian, demandando la permanencia de su país en la Unión Europea. Los firmantes -entre los que se cuentan figuras como el director Steve McQueen, los escritores John le Carré e Ian McEwan, el arquitecto David Chipperfield y la diseñadora Viviane Westwood- temen que una salida de la UE ponga en peligro el éxito internacional de la cultura británica y la margine.
Mucho dinero
Hubo réplicas. Simon Jenkins, columnista de The Guardian, calificó los temores de “ridículos”, indicando que, a fin de cuentas, la mayor parte de la gente que hace cine trabaja en Hollywood y, por lo tanto, fuera de la UE. A su juicio, la carta abierta obedece a “intereses económicos”. Algo que no deja de tener asidero. John Sorrel, de la Federación de Industrias Creativas (CIF, por sus siglas en inglés), indica que la producción cultural reporta ingentes sumas a la economía británica. De acuerdo con un estudio de la CIF, Europa es para Inglaterra el principal mercado de exportación en materia cultural.
Hay mucho dinero en juego. Bruselas tiene previsto destinar 1.460 millones de euros para proyectos culturales dentro de la UE entre 2014 y 2020. Nicholas Kenyon, director ejecutivo del Centro Cultural Barbacana, en Londres, advirtió en el periódico Süddeutsche Zeitung de las consecuencias negativas de un brexit. Recordó, por ejemplo, que Liverpool se benefició de fondos comunitarios en 2008, como Capital Cultural Europea. A su juicio, muchas películas famosas, como “El discurso del rey”, “La dama de hierro” y “Slumdog Millonaire” habrían sido inimaginables sin recursos de la UE.
Temores alemanes
Eckart Köhne, presidente de la Asociación Alemana de Museos, ve con inquietud la amenaza del brexit. “La colaboración transnacional fue siempre un objetivo importante en el plano cultural” señaló a DW, agregando que el brexit sería sobre todo “una señal contra la cultura”. Desde hace tiempo se opera en este campo de manera global y, despedirse de esa idea sería a su juicio un retroceso.
Köhne teme que para los museos alemanes resulte más difícil acceder a fondos comunitarios para proyectos de cooperación. También prevé que disposiciones aduaneras más rígidas dificulten el intercambio de obras entre las salas de exposición.
Aparte de Hartwig Fischer, quien dirige el Museo Británico, hay también otro alemán al frente de una venerable institución británica: Martin Roth está a la cabeza del Museo de Victoria y Alberto. La idea de un brexit le resulta espantosa. “Europa siempre significó para mí la esperanza de un futuro mejor y más pacífico, con solidaridad y tolerancia”, indica en conversación con DW. Afirma que el brexit significa aislamiento y considera esa posibilidad una “catástrofe”.
Un mundo aparte
Gran Bretaña es un país abierto, y esa característica no está en peligro, en opinión de Roth. “Más me preocupa lo que pueda cambiar por dentro, por ejemplo, en la identidad del país”, apunta.
El historiador y periodista suizo Martin Alioth observa que los partidarios del brexit piensan en una alternativa al intercambio cultural con Europa. Una alternativa a la vez insular y global, porque los británicos se sienten parte del mundo anglófono, que se extiende desde Vancouver hasta Nueva Delhi, pasando por Ciudad del Cabo y Sídney. “No se necesita pues al continente europeo, cuyas playas se aprecian, pero cuya cultura les es familiar a los menos”, apuntó Alioth en la emisora suiza SRF. Después de todo, la cultura británica es un éxito de exportación, sobre todo en lo que se refiere a música pop y literatura.