Navegar sin ensuciar - Cómo hacer buques más respetuosos con el clima
Los portacontenedores suministran mercancías a personas de todo el mundo y los cruceros atraen a millones de pasajeros cada año. Pero los buques también son responsables del tres por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, el comercio marítimo sin emisiones es posible desde hace miles de años gracias al viento. "Tenemos que volver a los barcos de vela", afirma el capitán Andreas Lackner. El austriaco y dos amigos suyos adquirieron un carguero de vela, el "Tres Hombres", hace 15 años. Desde 2010, el clíper transporta, sin ayuda de un motor, hasta 40 toneladas de mercancías por los mares: cacao y ron del Caribe a Europa, o 20.000 botellas de vino ecológico de La Rochelle a Copenhague. "De este modo, cerramos la brecha entre los productores ecológicos y los consumidores responsables", afirma Lackner. Otros también han redescubierto el poder del viento. Ralf Oltmanns, de Frisia Oriental, surcó los océanos a los 16 años y fundó una agencia de publicidad. 30 años más tarde, este apasionado de la navegación siguió desarrollando un sistema de propulsión para hacer más limpios los grandes barcos. El rotor Flettner, que lleva el nombre de su inventor, Anton Flettner, es un tipo de máquina de navegación: una estructura cilíndrica que gira con el viento para generar empuje. Oltmanns ha convertido este invento centenario en un producto moderno. "Según el tamaño del rotor y las condiciones del viento, un carguero puede ahorrar entre un 5% y un 25% de combustible", calcula. El rotor es el complemento ideal para que los buques de carga y de pasajeros sean más respetuosos con el medioambiente. Oltmanns también convenció a Anna Braren con su idea. Su naviera equipó su primer buque con el rotor Flettner en 2021. Con muchas innovaciones y leyes estrictas, Noruega lidera la transición hacia un transporte marítimo sin emisiones. Los escandinavos apuestan por los motores eléctricos y las tecnologías híbridas. El cambio climático ya se deja sentir en el Ártico noruego, esta es otra de las razones por las que el Gobierno noruego se lo está tomando tan en serio. A partir de 2026, sólo los buques sin emisiones podrán navegar por los fiordos más bellos de Noruega. Los barcos turísticos respetuosos con el clima ya recorren la ruta postal tradicional.