México: los niños, los más afectados por el conflicto
13 de julio de 2016Hemos "logrado establecer una ruta que nos permita no solamente distender la problemática, sino que sea un acuerdo duradero", afirmó el ministro de Gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong, al término de la reunión mantenida la noche del lunes (11.07.2016) con representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Ciudad de México.
"Es un logro muy importante en favor de nuestro país, de la tranquilidad, de la gobernabilidad, de la estabilidad", pero "lo haremos más importante al conducir de una manera correcta estas mesas y lograr los acuerdos", añadió Chong en referencia a la instalación de tres mesas de trabajo, una centrada en política, otra en educación y una más de carácter social destinadas a la negociación de la actual reforma de la educación.
El secretario general de la Sección 9 de Ciudad de México de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Enrique Enríquez, valoró para DW el resultado de las negociaciones y aseguró que mantienen reservas con respecto a las auténticas intenciones del Gobierno. A pesar de ello, son moderadamente optimistas y consideran que es una clara victoria para la CNTE. En cuanto a la estrategia que seguirá la Coordinadora, Enríquez confirmó que no cambia: combinarán la negociación con el Gobierno y la presión en la calle.
Continúan los bloqueos
La situación en las calles de Oaxaca, mientras tanto, sigue igual. Los maestros que protestan contra la reforma impulsada por el Gobierno continúan acampados en el zócalo de la capital del Estado, Oaxaca de Juárez. A 84 kilómetros de allí, los habitantes de la localidad de Nochixtlán siguen exigiendo justicia. El pasado 19 de junio, al menos ocho personas murieron durante el intento de desbloqueo por parte de la Policía Federal de la carretera que une Ciudad de México con Oaxaca. El martes, la principal vía de acceso a la ciudad seguía cortada, por lo que es necesario tomar una carretera federal para llegar al puente donde se produjeron los enfrentamientos.
Reunidos en la principal escuela primaria de la localidad, los representantes del sindicato de maestros administran las donaciones que llegan desde otros Estados del país para ayudar a los que secundan la huelga y tienen sus salarios congelados. Alfredo Octavio Jiménez, maestro de la escuela pública bilingüe (español-mixteco) Antonio de León, nos acompaña a las afueras de Nochixtlán para enseñarnos las dos aulas fabricadas con madera y techo de uralita en las que imparte clases. 46 alumnos con edades comprendidas entre 6 y 12 años estudian en este centro, situado en la loma de una ladera a escasos 200 metros de una de las entradas de la localidad, bloqueada por padres y maestros.
“Lo único que aporta el Gobierno federal son nuestros sueldos y los libros de texto”, lamenta Jiménez, y añade: “Hasta este año no tuvimos luz”.
Los alumnos de la escuela Antonio de León no asisten a clase desde el 15 de mayo. Desde entonces, muchos de ellos ayudan a sus padres en las tareas domésticas. Otros, como Sergio Cruz, de 14 años, trabajan mientras tanto en el sector de la construcción. Lleva dos meses ayudando a su tío a levantar una nueva aula para el colegio. Él estudia en la cercana secundaria Santiago Amatlan y dice no estar de acuerdo con el paro de los docentes. “Quiero recuperar las clases, pero no veo cómo va a ser posible”.
Demanda histórica
Desde Nochixtlán nos dirigimos directamente a un hotel situado en el norte de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Allí nos recibe Moisés Robles, director general del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEPPO). Asegura no poder trabajar en su oficina porque sindicalistas de la CNTE tienen cercado el edificio. Cuando es preguntado acerca de si no haría falta una mayor inversión en las escuelas del Estado, nos asegura que Oaxaca “ha tenido siempre altos índices de marginación y pobreza. Lo que hoy vemos no surgió ayer”.
A pesar de que el líder de la Coordinadora Enríquez nos aseguró el domingo en Ciudad de México que el 90 por ciento de los maestros de Oaxaca secundan la huelga, Robles dice que la cifra es inferior al 10 por ciento. “Si el 90 por ciento de las escuelas de Oaxaca estuvieran cerradas, yo ya no estaría en mi puesto, ya habría colapsado el sistema”. Ante esto le pedimos visitar alguna escuela que siga funcionando con normalidad.
Al día siguiente nos acompaña un funcionario del IEPPO. Conducimos durante tres cuartos de hora hasta una zona rural, de difícil acceso. El centro en cuestión es la Escuela Primaria Margarita Maza de Juárez, en San Felipe Tejalapam Etla. Allí nos recibe el director del colegio, Gustavo Alvarado García. La escuela no ha parado más que un par de días desde el 15 de mayo a pesar de que, como más del 90 por ciento del profesorado de Oaxaca, el director también pertenece al sindicato de maestros. Nos explica que muchos docentes secundan los paros después de su jornada laboral.
Misael Reyes es uno de ellos. Da clase en tercer grado y está en contra de la reforma. “Estamos apoyando los bloqueos porque queremos que los niños sigan teniendo la oportunidad de ir a escuelas públicas. Desafortunadamente, no todas son iguales en México. He visto las carencias y las puedo contar”.
Aunque el director se muestra contrario a ciertos aspectos de la reforma, dice que siguen dando clases porque los niños no son quienes deben pagar las consecuencias y considera que esta crisis, más que educativa, es una lucha de poder. “A quienes de verdad nos interesa la educación seguimos trabajando”.
Alvarado cree que hay que revisar el sistema de evaluaciones. Reconoce que “después de treinta años de lucha se dejó al lado el tema de la formación continua”. Y admite: “El de los docentes es un sector privilegiado, sobre todo en Oaxaca”.
Hoja de ruta
Las primeras mesas de trabajo, las centradas en política y educación, quedarán instaladas el 13 y 19 de julio, respectivamente, mientras que la de carácter social comenzará sus trabajos el jueves 21.
Aunque las clases en México terminan tradicionalmente el 15 de julio, el director del IEPPO, Moisés Robles, asegura que los maestros y niños de las escuelas que han secundado el paro seguirán teniendo clases durante al menos tres semanas. “Es incómodo. Sí. Pero no hay otra manera de salvar el ciclo”.
Parece que, al menos por el momento, ninguno de los implicados en el conflicto de los maestros se irá de vacaciones este verano.