"México está tan mal como Brasil en lucha contra COVID-19"
16 de agosto de 2020El meme es un éxito de larga data en las redes sociales en México: muestra al epidemiólogo jefe Hugo López-Gatell, y junto a él las palabras: "El pico máximo de contagios será la siguiente semana, no importa cuando leas esto". No solo los internautas se burlan de la gestión gubernamental de la pandemia: los expertos también están pidiendo urgentemente una corrección. De hecho, el país se está abriendo camino inexorablemente hasta llegar al primer grupo de países con más personas infectadas y muertas. Ahora hay más de medio millón de personas infectadas y 56.543 muertos (16.08.2020), lo que coloca a México en el sexto lugar del mundo por infecciones y tercero en número de muertes después de Estados Unidos y Brasil.
Tres errores básicos, según los expertos
Si bien el Gobierno ya celebra la estabilización de nuevas infecciones a un alto nivel (desde principios de julio aproximadamente 5.000 nuevas infecciones diarias) como un éxito, citando cartas alentadoras de la Organización Mundial de la Salud y considerando que los estudios y cifras publicados por los medios de comunicación son insignificantes, los expertos en salud consultados por DW critican la gestión de la crisis de COVID-19 por parte del Gobierno, la que califican de fracaso e instan a un cambio de rumbo.
El exministro de Salud y rector de la Universidad de Miami, Florida, Julio Frenk, ve tres fallas fundamentales: demonizar a los expertos y la ciencia, tener un modelo equivocado y una estrategia de comunicación confusa. Primero, el Gobierno mexicano restó importancia a la pandemia y por lo tanto perdió mucho tiempo, dijo Frenk en una entrevista telefónica con DW. "Por eso tenemos tasas de infección tan altas entre el personal médico". Entonces, el modelo de Centinela, que se basa en simulación matemática en lugar de pruebas, es incorrecto. "Los estudios sugieren que la cantidad de personas infectadas es tres veces mayor. Con este modelo, estamos volando a ciegas", critica Frenk.
Y luego el Gobierno también generó confusión entre la población, por ejemplo, con el respirador, que ahora López-Gatell ha respaldado, pero aún es rechazado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. "Por eso la gente desconfía del Gobierno y solo va al hospital cuando es demasiado tarde".
Sin pruebas, volando a ciegas
Por tanto, México está tan mal como Brasil en la crisis de coronavirus, resume a DW Malaquías López Cervantes, jefe de la unidad de investigación de estudios sociomédicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Para él, las cifras son más motivo de preocupación que de orgullo. En Brasil, con un 65 % más de población que México, hasta ahora 3,3 millones han sido infectados y 107,232 personas han muerto. Según un estudio de la Universidad John Hopkins, en Brasil, la letalidad, es decir, el número de muertes en relación a los infectados es de 6.3 %. En México, en cambio, de 11.9 %. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta es la tercera más alta del mundo después de Italia (14,5 %) y Gran Bretaña (14 %). López-Gatell no considera que esta relación sea significativa. La letalidad es muy alta en México porque el país prueba muy poco.
Según Frenk y López Cervantes, este es precisamente uno de los puntos débiles de la estrategia mexicana. Según la ONU, 65 de cada 1.000 personas en México se hacen la prueba. El promedio en América Latina es de 305. "El Gobierno debió haberse dado cuenta de esto hace meses y modificado su estrategia", coinciden Frenk y López Cervantes. Una expansión de las capacidades de prueba y seguimiento de las cadenas de infección, según los dos expertos, son prometedoras y de éxito internacional.
La necesidad de salvar y las enfermedades previas son un cóctel mortal
Según López Cervantes, el hecho de que esto no sucedió podría deberse a que el Gobierno ha impuesto un estricto programa de austeridad y no quiere gastar dinero en pruebas a gran escala. Porque la pandemia golpeó a México en medio de una "reestructuración confusa", dijo Frenk, cuando las instituciones sanitarias murieron desangradas por la necesidad de ahorrar y el anterior seguro nacional de salud había sido cancelado, pero aún no reemplazado por un nuevo sistema.
El presidente López Obrador aparentemente espera que pronto haya una vacuna, que México planea producir junto con Argentina y el laboratorio AstraZeneca, o que la inmunidad colectiva se produzca cuando el 70 % de la población esté infectada. López Cervantes cree que ambos son poco probables este año. Sin embargo, como precaución, López-Gatell está echando la culpa a los mexicanos, que tienen sobrepeso y sufren de hipertensión arterial y diabetes debido al consumo excesivo de azúcar, dos factores que favorecen el curso fatal de la pandemia. "Echar la culpa a las víctimas es una maniobra clásica de los Gobiernos populistas", critica Frenk.
(few/ee)
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