México en el horizonte de Alemania
13 de octubre de 2016No es de extrañar que la asociación de empresarios alemanes con intereses en América Latina y el Caribe, la Lateinamerika Verein (LAV), le haya dedicado a México el primer día de su 67ª conferencia anual, inaugurada este 13 de octubre en Hamburgo. Por una parte, los Gobiernos de Angela Merkel y Enrique Peña Nieto declararon 2016 como el año en que sus países fortalecerían sus vínculos e impulsarían alianzas donde no las hubiera. Por otro lado, México negocia actualmente la modernización de su tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE). Y Alemania es su socio principal en el bloque comunitario.
Las ponencias sobre los ámbitos donde ambos países aspiran a cooperar más intensamente –energía, infraestructura y logística– recalcaron los desafíos que México sigue teniendo por delante para incrementar sus niveles de competitividad. "En ese país se están haciendo grandes esfuerzos con miras a alcanzar un balance de energías tradicionales y energías renovables para su abastecimiento eléctrico. Pero allá se deben hacer esfuerzos aún mayores para reducir los costos del transporte, tanto para el comercio interno como para el exterior”, comentó Christoph G. Schmitt, director ejecutivo de la LAV.
"Para Alemania y México abundan las oportunidades de cooperación bilateral en ambos casos: en el área de las energías limpias y en el de la optimización infraestructural”, agregó Schmitt, sugiriendo que las mejoras en esos sectores le permitirían al país norteamericano sacarle mayor provecho a su tratado de libre comercio con la UE, vigente desde 2000 y urgido de enmiendas. Alemanes y mexicanos coinciden en que los aranceles fijados para los productos agrícolas a ambos lados del Atlántico deben ser reconsiderados. La primera ronda de conversaciones al respecto tuvo lugar en junio de 2016.
Un pacto urgido de enmiendas
"A decir verdad, los empresarios alemanes estamos satisfechos con el tratado de libre comercio tal como está redactado. Los escollos que deben ser superados son dos muy puntuales: la limitación del acceso de los productos agrarios europeos al mercado mexicano y de los productos agrarios mexicanos al europeo. Y más importante aún: los procesos de certificación que retardan y encarecen la entrada de los productos farmacéuticos alemanes en el mercado mexicano”, dijo Johannes Hauser, director ejecutivo para México, América Central y el Caribe de la Cámara Alemana para el Comercio Exterior (AHK).
"Sería deseable definir un mecanismo para evitarle diligencias dobles a las empresas farmacéuticas germanas, que hoy día pasan por dos procesos de certificación, uno en Alemania y otro en México. Eso es posible sin siquiera tocar los estándares de calidad o de protección al consumidor, al trabajador y al ambiente”, acotó Hauser. César Guerra, emisario del Ministerio de Economía de México ante la UE, señaló que la agenda del debate todavía no estaba sobre la mesa, pero que, seguramente, otros asuntos que han dado problemas en el pasado –como el de la propiedad intelectual– serían abordados.
Llegada la hora de responder las preguntas de la audiencia, afloró el tópico laboral. ¿Se garantizaría en la reforma del tratado de libre comercio que las condiciones de trabajo de los mexicanos –de por sí más precarias que las de los alemanes y otras poblaciones europeas– no empeorarían? "En lo que concierne a Alemania y México, sus realidades son totalmente distintas. Lo que debemos tener en cuenta es que, mientras más rápidamente se desarrolle la economía de México, más rápidamente mejorarán las condiciones laborales de sus habitantes. En México ya hay una reforma en marcha para flexibilizar los contratos de trabajo y conseguir que las empresas sean más competitivas”, sostuvo Guerra.
Barreras culturales
"Conceder contratos de trabajo por períodos limitados también propicia el empleo de mujeres y jóvenes”, añadió el representante en Bruselas del Ministerio de Economía de México. Otro tema que salió a relucir durante la ronda de preguntas y respuestas fue la dificultad de los empresarios e inversionistas mexicanos para expandir sus operaciones hacia Alemania. "Eso escapa al alcance del tratado de libre comercio, pero cada Gobierno puede contribuir a facilitar el establecimiento de firmas extranjeras en su territorio”, argumentó Guerra. A su juicio, la barrera es ante todo cultural.
Mayra Mendoza, de la asociación Empresarios Mexicano-Alemanes (EMAAC), secundó a Guerra: "Nuestra iniciativa se fundó en septiembre de 2015 y ha atraído, hasta ahora, a setenta firmas activas en once sectores, desde el automotriz y el aeroespacial hasta el de la joyería. Nuestro objetivo es facilitar la penetración de empresarios mexicanos en el mercado alemán. La mayor dificultad para lograrlo es de índole cultural: los mexicanos y los alemanes no son tan distintos como se cree; pero muchos emprendedores se abstienen de intentar hacer negocios en Alemania porque piensan que es una misión imposible”, dijo la consultora.
"Para hacer negocios con los alemanes lo que hay que hacer es aprender a presentarles proyectos, estar conscientes de que los alemanes aspiran a construir relaciones de confianza a largo plazo y recordar siempre que la palabra empeñada debe ser honrada, aún si no hay un contrato escrito de por medio”, enfatiza Mendoza. "Disipar las limitaciones de los pequeños y medianos empresarios mexicanos es una tarea del sistema de educación media, superior y técnica de México; entre otras cosas, éste debe cultivar la afinidad por la investigación y la vocación para los más disímiles oficios”, opina por su parte Hauser, de la AHK.
Evan Romero-Castillo