México: crecimiento a pesar de Trump y el narcotráfico
14 de febrero de 2018De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), México ya lleva ocho años consecutivos de crecimiento económico. Así lo anunció el titular de esa secretaría, José Antonio González Ayala, al presentar el informe del estatus económico de México en los últimos cinco años. Su PIB creció un 2,1 por ciento en 2017, el rango más alto de crecimiento estimado por el Banco de México, que estaba entre el 1,8 y el 2,3 por ciento para ese año.
El Banco Mundial atribuye este desarrollo, además de a una mejor coyuntura de los mercados financieros, a una fuerte recuperación del comercio exterior, debida a la depreciación acumulada del peso mexicano con respecto al dólar, lo que abarata la importación, y a que la actividad industrial de EE. UU. se fortaleció, insuflando aliento a las exportaciones mexicanas.Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las exportaciones mexicanas alcanzaron los 36.900 millones de dólares en 2017.
También es importante en este contexto el crecimiento constante del consumo privado, que sigue en alza a pesar de la inflación, de un 6,7 por ciento en agosto de 2017.
Si bien el aumento del PIB de un 2,1 por ciento es menor al 5 por ciento que prometió durante su campaña electoral el presidente, Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de centroderecha, la actividad económica del país – el segundo más poblado de América Latina- registra un repunte digno de resaltar, ya que logró hacer frente a diversos factores que impactaron de manera negativa en ella.
México crece contra viento y marea
El "efecto Trump” se hizo sentir en la tensa negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La amenaza de una ruptura del TLCAN y las expectativas acerca de la reforma tributaria estadounidense produjeron una ralentización del flujo de capitales desde el extranjero en noviembre de 2017. Este llegó a a su nivel más bajo en seis años, desde 2011 para el mismo periodo, según datos del Instituto de Finanzas Internacionales (IFF, por sus siglas en inglés), representando solo un 3,8 por ciento de los portafolios de los inversionistas.
Además, México produce menos petróleo y consume más gasolina. El año pasado, la actividad minera sufrió un descenso del 9,8 por ciento, principalmente en el petróleo y el gas, de acuerdo con cifras del Inegi, de febrero de 2018. La compañía Petróleos Mexicanos (Pemex) produjo 1.948 millones de barriles diarios de crudo, un 9,5 por ciento menos en comparación con 2016, y la mayor baja de la última década. Eso trajo consigo una contracción del 0,6 por ciento de la actividad industrial mexicana.
Como si eso fuera poco, un terremoto devastador afectó al país norteamericano en septiembre de 2017, dejando al menos 450 muertos, poco después de que el huracán Harvey azotara el Golfo de México. Y las víctimas que se cobró el crimen organizado en 2017 ascendieron a 25.339: unos 70 homicidios dolosos por día. Fue el año más sangriento para México en dos décadas.
Los tres desafíos para México en 2018
A pesar de esta destacable expansión económica, México se enfrenta en 2018 a varios desafíos, según expertos. La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte conlleva el riesgo de una ruptura del acuerdo y podría incluso tener consecuencias en el tipo de cambio y, a su vez, en variables económicas como la inflación, dijo el analista económico James Salazar al periódico mexicano El Universal (2.01.2018). Asimismo, si el acuerdo concluyera, eso representaría un cambio estructural en las relaciones comerciales con EE. UU., añadió el experto.
Otro reto es la reforma fiscal en EE. UU., que podría impactar en los flujos de inversión directa en el país. Pero sería un obstáculo posible de superar, ya que la tasa de impuestos es solo uno de los factores que toman en cuenta los inversionistas. En cambio, el alza de tasas de interés en EE. UU. podría arrastrar al Banco de México (Banxico) a una espiral alcista, asegura Salazar, lo cual a su vez incidiría en el consumo y en la inversión.
A nivel político, las elecciones presidenciales, el 1 de julio de 2018, en las que también se elegirá a 128 senadores y a 5000 diputados federales, junto con más de 2.800 autoridades locales, representan un desafío. Un giro en las políticas económicas del país podría generar inestabilidad en los mercados financieros y también podría afectar las inversiones en México, si bien sería un obstáculo a superar.
Está por verse si el nuevo gobierno seguirá desarrollando las reformas ya puestas en marcha por Peña Nieto. Y si la propuesta de cambios, en ciertos aspectos, radicales del candidato que lleva ventaja en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), provoquen, de ser aplicados dichos cambios, inestabilidad económica. Según Aníbal Gutiérrez, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la UNAM, a El Universal: "El riesgo es que las posiciones de los tres principales candidatos están muy polarizadas”. Este es también un factor de riesgo para las inversiones.
Autora: Cristina Papaleo (VT)