¿Qué significa el amotinamiento policial en Ecuador?
30 de septiembre de 2010Pasadas pocas horas del amotinamiento de la Policía en Quito, la situación era bastante confusa; las informaciones resultaban contradictorias y algunas de ellas alarmantes. Las fuerzas policiales se han tomado la Asamblea Nacional de Ecuador y, según agencias, el propio presidente ecuatoriano, Rafael Correa, denuncia un intento de golpe de Estado. Su ministro de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, denomina los últimos acontecimientos un “proceso de desestabilización de la democracia” en el país andino.
Las reacciones internacionales de apoyo a Correa no se hicieron esperar. También España se pronunció claramente: "Ante las noticias de un intento de golpe de Estado en la República de Ecuador, el gobierno de España quiere condenar firmemente cualquier ruptura de la legalidad constitucional y reitera su apoyo al gobierno legítimo y a las instituciones democráticas de Ecuador", reza un comunicado divulgado por el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid.
Motín de una parte de la Policía
“Hay que resaltar que no es un levantamiento de la Policía, sino más bien de una parte de la Policía”, dice a Deutsche Welle la directora de la oficina de Quito de la Fundación Friedrich Ebert, Claudia Detsch. La analista alemana ve en esto más que una protesta política contra el presidente Rafael Correa -en el gobierno desde 2007 y en segundo mandato consecutivo-, “una protesta contra medidas singulares: reducir los bonos de la Policía”.
No obstante, en un país en donde numerosos cambios de gobiernos repentinos han hecho historia, un amotinamiento como éste suena conocido y despierta fantasmas y temores del pasado. Sin embargo, según Detsch, la alta tasa de apoyo popular de la que goza el presidente Correa y que las cúpulas militares hayan declarado ya su apoyo al Gobierno democrático podría signficar que el país andino no se enfrentará en los próximos días a la inestabilidad política que conoce de sobra.
Temor por la estabildiad y la seguridad
“No se ve como ventajoso volver a una situación absolutamente inestable otra vez, creo que no habría gran apoyo para un golpe”, analiza Detsch, quien, sin embargo, destaca que sí existe ahora una mayor polarización en la población.
Por otro lado, resalta Detsch, “lo realmente peligroso es la situación de desorden en las calles; si no hay Policía, la preocupación por la seguridad es mayor. Ahora salen muchas personas en apoyo al presidente y al Gobierno. Entonces, si hay protestas, podría haber enfrentamientos entre grupos distintos; es decir, más que a un golpe de Estado, se teme la inseguridad en la calle y los enfrentamientos entre grupos en contra y a favor del presidente Correa ».
Con todo, y aunque sería demasiado temprano y en realidad la politóloga germana no ve la base para ello, en caso de que « algo » pasase, y en caso de que hubiese nuevas elecciones, el pueblo ecuatoriano volvería a optar por Rafael Correa, dice Detsch, pues su tasa de aprobación sigue siendo bastante alta y en el sentimiento de buena parte de los ecuatorianos –independiente del Movimiento País- no existe el deseo de volver atrás, es decir a la incertidumbre.
Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas Sasse