Más de 60, y aún trabajando
26 de noviembre de 2012¿Los mueve el miedo a ser ancianos y pobres o el deseo de seguir siendo parte activa de la sociedad? Los motivos son diversos, pero claro queda que cada vez son más las personas que optan por retrasar la edad del retiro. Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo demuestra. El porcentaje de personas entre los 60 y 64 años que está activa laboralmente ha aumentado del 21,4 al 44,2 por ciento.
¿Amor por el trabajo?
“En general hay cierto temor de que al entrar a la jubilación habrá grandes recortes. Por eso la gente ahora intenta prolongar su vida laboral lo más posible”, explica Klaus von Holt que ya ha pasado la frontera de los 60. Sus motivos son otros: le parecía una lástima que su experiencia se desperdiciase y por eso ha optado por una plaza de medio tiempo en el Centro de Investigaciones para Enfermedades Neurodegenerativas en Bonn.
Berhard Switaiski, de 64 años, es asesor de la Agencia para el Empleo de Bonn. Su esposa está crónicamente enferma y él trabaja a medio tiempo: “Podría jubilarme en junio del próximo año. No tengo miedo de caer en depresión. Trabajo como voluntario, tengo una buena red social. Me gusta trabajar”.
Cada vez más mayores
Desde 1960, la esperanza de vida en Alemania va en aumento. Por eso la fase sin ocupación es más larga. Si a ello se suma que el índice de nacimientos va bajando, queda claro que “la entrada a la jubilación no puede ser demasiado pronto para poder financiar el sistema. Si no fuera así, el nivel de renta bajaría mucho y habría mucha más pobreza en la tercera edad”, afirma Switaiski.
Alemania se dio por mucho tiempo el lujo de dejar inexplorados los recursos de los mayores y la política ofrecía incentivos para que el personal se jubilara prematuramente argumentando que era una oportunidad para las nuevas generaciones. “Era raro que la gente trabajara todavía a los 55 años. Ahora son cada vez más los que tienen 65 y no se jubilan”, subraya Switaiski.
La experiencia, un potencial
Pero aunque muchos quieren trabajar, no todos encuentran ocupación. “El instituto de investigación donde trabajaba cerró el año pasado. Mis colegas de entre 40 y 55 tuvieron dificultades en encontrar un nuevo puesto”, cuenta von Holt.
Muchos tienen que aceptar puestos por debajo de su cualificación: el mercado laboral alemán aún no reconoce que la experiencia es un potencial y que alguien que tiene 58 todavía puede tener una década activa por delante. Von Holt, en todo caso, piensa seguir trabajando hasta los 67 y después comenzar a ofrecer sus servicios como asesor, por lo menos a medio tiempo.
Autora: Rayna Breuer/Mirra Banchón
Editor: Enrique López