Murió Bernd Eichinger: "El cine alemán pierde su voz propia "

Su muerte no fue anunciada, sino que lo sorprendió el lunes pasado en medio de una cena familiar y con amigos en Los Ángeles, California. Tenía 61 años y había pasado 30 dedicándolos al cine nacional alemán en la productora Constantin Film y a la pantalla internacional. Bernd Eichinger era un pura sangre, considerado a menudo el único verdadero productor de cine de Alemania.

Su carrera comenzó, podría decirse, con un éxito que nadie esperaba, la producción de la película basada en la novela autobiográfica de Christine F., “Nosotros, los niños de la estación Zoo” (Wir Kinder vom Bahnhof Zoo) en 1981. A ese film le siguieron luego “La historia interminable”, sobre la novela del mismo título de Michael Ende, “El nombre de la rosa” y “La casa de los fantasmas”. Entre sus últimas producciones se cuentan “El perfume”, “El hundimiento”, “Las partículas elementales” y “El complejo Baader-Meinhof”, de las que también fue guionista.

Bernd Eichinger nació en 1949 en la ciudad de Neuburg, junto al Danubio, y era un cosmopolita que se sentía en casa tanto en Alemania como en Hollywood. Grandes actores como Sean Connery o Dustin Hoffman trabajaron en sus películas. También colaboró con la carrera de actores alemanes como Till Schweiger, quien dijo, al enterarse de su deceso, que Eichinger había significado mucho para él. “Lloro por un amigo. Es único en su estilo. Ninguno de nosotros podrá lograr lo que logró Bernd. Y pienso que nunca se lo reconoció debidamente”, dijo el actor.

Lo que caracteriza a Bernd Eichinger como productor de cine, y lo que hizo que produjera éxitos de taquilla es precisamente también aquello por lo que muchos lo critican: por su capacidad de condensar en imágenes miles de páginas, y de llevar al espectador masivo obras que, tal vez, de otro modo hubieran pasado desapercibidas para el gran público.

“Nuestro cine pierde a un soñador”

El deceso de Eichinger conmovió en Alemania tanto a personalidades de la política como de la cultura. “Nuestro cine pierde a un apasionado soñador”: esas fueron las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, al darse a conocer la noticia del fallecimiento de Eichinger. Según la canciller, millones de personas le deben momentos inolvidables en el celuloide. “El hundimiento” fue premiado con un Oscar en 2005, y “El complejo Baader-Meinhof” fue nominado para el Oscar en 2009. Una de las últimas producciones de Bernd Eichinger fue “Los tiempos cambian” (Zeiten ändern sich), sobre la vida de la estrella alemana del rap, Sido, que actúa en la misma.

Múltiples fueron las expresiones de tristeza de diversos políticos alemanes. Claudia Roth, la presidenta del partido Los Verdes, dijo que estaba “consternada y profundamente dolida por la noticia de la muerte de Bernd Eichinger”, y subrayó que éste dejaba “un enorme hueco en el panorama del cine alemán”. “Como productor, guionista y director, Eichinger logró como ningún otro atraer al público a las salas cinematográficas y entusiasmarlo con sus películas” dijo, por su parte, el ministro presidente de Baviera, Horst Seehofer (CSU), que calificó a Eichinger de “multitalento”.

“Se fue la voz del cine alemán”

“Es horrible, no puedo decir nada más”, dijo el actor Herbert Knaup, y el productor Martin Krug: “Eichinger hizo historia en el cine; era uno de los grandes en Alemania”. El director de cine Oskar Roehler comentó en Berlín que “Bernd Eichinger fue quien hizo conocer el cine alemán en el mundo”. Y su personalidad fue recordada por la actriz Meret Becker, quien dijo que “su muerte es una mala noticia para el cine alemán. Es una pérdida muy grande, en todo sentido”.

No se debe olvidar que Eichinger no sólo produjo obras de peso del internacional. Junto a los grandes éxitos que marcaron su carrera, posibilitó también en los años 70 la filmación de obras nacionales de menor difusión, pero muy importantes para el desarrollo del cine en Alemania, películas de Alexander Kluge (“Hora cero”) y de Edgar Reitz (“Ferdinando el duro”).

El director de la Academia Alemana de Cine y Televisión de Berlín, Jan Schütte, comentó que Eichinger había comenzado su carrera como director y que, por eso, siempre tuvo buen ojo para elegir directores. “Bernd Eichinger fue quizás el director más importante y más original en la historia del cine alemán de posguerra, tal vez el único de formato internacional”, señaló Schütte. “Con él, el cine alemán pierde no sólo a un productor, sino también su voz propia ”, dijo Jan Schütte.

Autora: Cristina Papaleo/ dpa, afdp

Editor: Enrique López Magallón