Mujeres yazidíes aprenden a boxear después de sobrevivir al Estado Islámico
En su larga recuperación, algunas mujeres y niñas yazidíes que sobrevivieron al genocidio y la esclavitud sexual del Estado Islámico se han volcado al boxeo para ayudar a sanarse y reconstruir la confianza en sí mismas.
El calentamiento
El programa Hermanas Boxeadoras fue lanzado en 2018 por Lotus Flower, una ONG británica en el Kurdistán iraquí. Mujeres y niñas yazidíes se reúnen cinco días a la semana para una sesión de entrenamiento de dos horas en el campamento de desplazados internos de Rwanga. Muchas de estas mujeres fueron sometidas a violencia física, emocional y sexual mientras eran prisioneras del Estado Islámico (EI).
Boxeo, la actividad física más popular
El boxeo no fue la primera actividad física que Lotus Flower llevó a las mujeres y niñas en el campamento de Rwanga, pero ha sido de lejos la más popular. "Pensamos que sería una muy buena manera para que las mujeres se empoderaran tanto física como internamente", dice Vian Ahmed, la directora regional del grupo.
¡Golpéame! ¡Más rápido y más duro!
"Muchas veces cuando boxeo, recuerdo los momentos en que tuve dolor y depresión y trato de deshacerme de ellos a través del boxeo", dice Husna Said Yusef. Ella y su familia han estado en el campamento de Rwanga desde que el EI atacó su aldea en Sinjar en 2014. Cuando su familia supo que el EI se acercaba, huyeron a las montañas y se escondieron una semana hasta que pudieron llegar al campamento.
Amor por los deportes
Said Yusef, que tiene 18 años, siempre ha amado los deportes. Desde temprana edad practicaba levantamiento de pesas con su tío en un improvisado gimnasio en casa, pero el boxeo, expresa, es algo especial. Y aunque a ella le gustaría ser doctora un día, "al mismo tiempo, no quiero dejar el boxeo", dice.
Esperando la pelea
Al principio, no muchas familias en el campamento estaban dispuestas a dejar que sus niñas asistieran a la clase de boxeo, pero después que el personal de Lotus Flower fuera por varias semanas de casa en casa para explicar los beneficios de esta actividad física, las cosas comenzaron a cambiar. "No creíamos que sería algo tan bien recibido en este corto período de tiempo", dice Vian Ahmed.
Entrenar a multiplicadoras
En abril, algunas de las mujeres de las clases de boxeo fueron entrenadas como entrenadoras para que fueran a enseñar boxeo a mujeres y niñas en otros campamentos en el área. Husna Said Yusef comenzó a enseñar en su propio campamento.
Boxeo y educación van de la mano
Cuando las jóvenes no están en la clase de boxeo, pueden asistir a clases de inglés o a a un taller de narración llamado Storytelling Sisters. Algunas van a la escuela secundaria. El ataque a sus aldeas en 2014 por parte del Estado Islámico había detenido sus estudios. Ahora tienen la posibilidad de reanudarlos.