Muere bailarina Pina Bausch con "terriblemente mucho por delante"
3 de julio de 2009Pina Bausch, la coreógrafa y bailarina alemana, ha muerto. Con su Wuppertaler Ensemble, Pina Bausch internacionalmente representaba lo mejor del tanztheater, la danza teatro experimental. A cinco días de habérsele diagnosticado cáncer y a una semana de su última presentación con su grupo en la Ópera de Wuppertal, los pasos de la grácil bailarina de 68 años la conducen a otras esferas.
De Philippine a Pina; de Solingen a Nueva York
Nació como Philippine el 27 de julio de 1940 en Solingen. Comenzó su formación formal de bailarina a los 14 años en Essen, en la escuela del coreógrafo Kurt Joos, balletista que revolucionó la expresión en la danza y fundó la famosa Escuela Superior de Danza Folkwang. Pina culminó sus estudios con honores, con el premio Folkwang.
De Essen, a la Juilliard School de Nueva York; de Jooss a José Limón y Antony Tudor; de miembro del New American Ballet al ballet de la Folkwag y a asistente de Jooss. Llegó a los Salzburger Festspielen como bailarina a la vez que desarrollaba sus propias coreografías. En 1969 sucedió a Jooss como directora artística de la sección de Danza de la Folkwang.
Los premios en su carrera llenan un folio entero; se los concedieron, por montones, en Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Turquía, Japón. Pina Bausch era una leyenda. Para el público normal el tiempo de espera para conseguir una entrada a una de sus presentaciones en Wuppertal requería de santa paciencia.
Historias desde lo profundo de la existencia
Bajo su dirección, el Teatro de Danza de Wuppertal -del que era coreógrafa jefa desde 1973- se hizo famoso en todo el mundo. Sus espectáculos eran polémicos y no encajaban en el gusto de todo el mundo.
“Lo que mueve a la gente me interesa más que cómo se mueven”, había declarado la novel directora del equipo de Wuppertal al comenzar su trabajo hace más de 35 años. La autonomía artística que ella misma se había forjado, llevó al Tanztheater de Wuppertal por caminos que explorarían el género humano, sus recuerdos, las tensiones entre hombres y mujeres, “historias desde lo profundo de la existencia”, aseveraba Bausch.
Que era tan parca de palabras como pródiga en imágenes sobre el escenario dicen los que la conocieron. Sus obras son collages, series de imágenes que no necesariamente estaban terminadas para el ensayo general antes de una presentación. Canto, pantomima, lenguaje y gestos de la vida cotidiana llenaban sus piezas. Éstas contaban con la admiración de muchos y -hasta la década de los noventa- con la indignación de otros.
La magia de Pina Bausch a la pantalla
Wim Wender, el director alemán del mundialmente famoso documental Buena Vista Social Club, quería realizar una película en 3D sobre la polémica bailarina. Con este formato, Wenders pensaba poder plasmar su arte. “La pantalla de cine de dos dimensiones no estaba en condiciones hasta ahora, ni emocional ni estéticamente, de hacer honor al trabajo de Pina Bausch", decía Wenders a agencias en mayo de este año. Según aseveraba Wenders, Pina Bausch le había enseñado a percibir "el movimiento humano, los gestos y sentimientos de forma totalmente nueva" y pretendía llevar esa magia al celuloide.
A su muerte, el martes 30 de junio, el cineasta alemán declara conmovido: “Su trabajo fue y seguirá siendo único. Su arte enriqueció nuestro tiempo y lo reflejó como ningún otro. Estoy muy triste de que empezáramos nuestra película tan tarde”. Ésta, que llevará el nombre de PINA, mostraría tres piezas del grupo de Wuppertal: coreografías creadas entre 1978 y 2006 como Café Müller, Das Frühlingsopfer (La consagración de la primavera, una de sus obras más conocidas), Kontakthof y Vollmond (Luna llena). El Wuppertaler Tanztheater tiene con PINA aunque, triste, sin ella –como aseveró la propia Bausch hace poco al ser preguntada por sus planes- “aún terriblemente mucho por delante” en el celuloide como en otras esferas.
Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina Valencia