Monti inicia negociaciones para construir "gobierno de expertos"
13 de noviembre de 2011Mario Monti, el político con mayores probabilidades de sustituir al ex primer ministro Silvio Berlusconi en la jefatura del Gobierno italiano, ha aceptado el cargo que le encomendó el presidente, Giorgio Napolitano, en la noche de este 13 de noviembre. En su primera declaración tras el nombramiento, Monti dijo que su país debe volver a ser “un elemento de fortaleza y no de debilidad” en la Unión Europea (UE) y asumió un compromiso doble: esforzarse por resolver la crisis financiera de Italia, promoviendo simultáneamente el crecimiento económico y la equidad social.
¿Volverá Berlusconi?
Aunque los medios estaban concentrados en la figura de Monti, Berlusconi encontró la manera de atraer su atención: una carta enviada al secretario del partido de derecha La Destra se hizo pública y dejó en el aire la impresión de que el septuagenario estaba dispuesto a permanecer activo políticamente. “Deseo retomar el camino hacia el Gobierno junto a ustedes”, escribió Berlusconi. A eso se sumó un testimonio ofrecido a la televisión local, en donde insistía en querer continuar luchando por la renovación de Italia desde el Parlamento. Como si su dimisión hubiera tenido lugar hace mucho tiempo y no hace cuestión de horas.
El júbilo que cientos de personas expresaron en las calles de Italia este sábado (12.11.2011), tras conocer que Berlusconi había renunciado a su cargo, fue compartido por un número nada insignificante de políticos europeos. Sin embargo, en nombre de la diplomacia y las buenas maneras, sus reacciones a la esperada dimisión de “il Cavaliere” han sido discretas. En Alemania, por ejemplo, el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, agradeció a Berlusconi por su cooperación en los últimos años. Nada más.
El Gobierno de “Super Mario” despierta expectativas
Este 13 de noviembre, al pronunciarse sobre los cambios que se anticipan en Italia, Westerwelle puso énfasis en la importancia que tiene para el país y para la zona euro la aprobación del paquete de reformas y medidas de austeridad por parte de los parlamentarios italianos. El político liberal aseguró además que Alemania trabajaría codo a codo con el nuevo Gobierno de Roma.
Napolitano inició las consultas respectivas este domingo (13.11.2011) para armar un Gobierno de transición basado en el consenso, pero liderado por figuras con trayectoria académica y profesional en el área de las finanzas. En los medios ya se daba por sentado que Napolitano nombraría al ex comisario europeo Mario Monti como nuevo primer ministro antes de que los mercados financieros reiniciaran sus actividades el 14 de noviembre. Hasta el partido de Berlusconi cambió de parecer y accedió a apoyar la formación de un Gobierno tecnocrático.
Gobierno de transición tendrá dieciocho meses para actuar
Pueblo de la Libertad, el grupo político de centroderecha presidido por Berlusconi, prometió respaldar al Gobierno de Monti bajo la condición de que éste respete e implemente las reformas económicas acordadas por la administración saliente y la UE. Así lo expresó uno de sus legisladores, Mario Baccini, creando la impresión de que nunca hubo un objetivo más importante en la agenda de Berlusconi, cuando, en realidad, la crisis fiscal italiana se agudizó por su tendencia a postergar recortes fiscales impopulares.
Monti tendrá dieciocho meses –hasta las elecciones generales de 2013– para conseguir que la mayoría de los diputados italianos vote a favor de las reformas exigidas por Bruselas; si no lo consigue, su Gobierno de transición podría desmoronarse antes de terminar su mandato. De momento, el futuro del economista y político independiente luce promisorio: Monti cuenta con el visto bueno del empresariado, de la oposición de centroizquierda y de los mercados financieros. ¿Qué más puede pedir un primer ministro?
Berlusconi conserva su inmunidad parlamentaria
A los cantos de euforia de los opositores de Berlusconi, oreados en las calles y plazas de varias ciudades, se suman voces menos estridentes, un coro de intelectuales que analiza la historia reciente de Italia y mira hacia el futuro cercano con una mezcla de indignación, recelo y esperanza; todo eso despierta la dimisión de Berlusconi. El célebre escritor italiano Antonio Tabucchi ha subrayado la necesidad de “desberlusconizar” al país y a Europa, de poner fin a la manera poco ética de hacer política nacional y comunitaria que Berlusconi encarna.
Desde que el magnate de los medios comenzó su carrera política, hace diecisiete años, ha enfrentado demandas judiciales por perjurio, evasión tributaria y soborno, entre otros cargos. Algunos juicios culminaron en primera instancia con penas de cárcel de las que Berlusconi se salvó por amnistías y leyes hechas a su medida. Muchos se preguntan por lo que su dimisión supone en el contexto de los casos que aún están abiertos en su contra. Por ahora, la respuesta es poco alentadora: si él sigue activo en el Parlamento, seguirá disfrutando de inmunidad.
Rescatar la economía de Italia y su Estado de derecho
Por su parte, Daniel Gros, director del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS), con sede en Bruselas, explica que el verdadero problema de Italia no es su desempeño económico, que ha sido relativamente bueno, incluso comparándolo con el de Alemania, la economía más fuerte de la UE. A sus ojos, las finanzas italianas se han visto deterioradas en los últimos diez años por la poca eficacia de la gestión del Gobierno, el declive del Estado de derecho y el auge de la corrupción política y administrativa.
Según el experto, considerando estos indicadores, empleados por el Banco Mundial para medir los niveles de calidad de las democracias a escala internacional, Italia está muy por debajo del resto de los países de la zona euro, Grecia incluida. Gros sostiene que, propiciando niveles de gobernabilidad mucho mayores que los actuales y sacando al Estado de derecho de la precariedad en que ha caído durante la década de poder de Berlusconi, se puede hacer más por el crecimiento económico del país que mediante las reformas fiscales y medidas de ahorro exigidas por la UE.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera-Pahl