Montevideo y Barranquilla; aplauso en Brussels Urban Summit
15 de junio de 2023De Barranquilla a Leópolis; de Montevideo a París. A mil kilómetros del frente, en año y medio, la ciudad ucraniana de Leópolis ha tenido que generar capacidades sanitarias para 150.000 heridos de guerra. Mientras tanto, la colombiana Barranquilla, con su millón y medio de habitantes, ha tenido que acomodar a 150.00 migrantes en el último lustro.
París, que alberga en el Sena la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024, ha tenido que sanear 35.000 hogares que polucionaban el río. Y Montevideo, en plena crisis hídrica, ha detectado en corrientes aledañas, en 500 localidades, unas 50.000 toneladas de basura.
Montevideo y Barranquilla, ejemplo en Bruselas
Entre otras, esas cuatro ciudades han sido ejemplo en Bruselas. Aquí más de 1000 políticos y representantes de 300 ciudades se han dado cita en la Brussels Urban Summit (BUS) entre el 12 y el 15 de julio.
"Cuando nuestro proyecto comenzó, en 2008, Barranquilla era la ciudad más desigual de Colombia. Entretanto, hemos reducido la pobreza a la mitad y nos hemos convertido en la ciudad de los parques. La arborización de ahora trescientos parques y su mantenimiento, que incluye a la comunidad local, nos ha llevado a ser una de las alcaldías premiadas por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)”, dice a DW Jaime Pumarejo, alcalde de Barranquilla desde 2020.
Por su parte, Carolina Cosse, alcaldesa de Montevideo desde 2020, explica a DW el camino que la ha llevado hasta la BUS. "Montevideo impulsa desde hace muchos años la integración. Tanto en MercoCiudades (que integra a ciudades del Mercosur con otras de toda América Latina) como en Metrópolis, donde hemos copresidido temas de género y ahora de medio ambiente”, explica la alcaldesa de la capital de Uruguay.
El excepcional megaencuentro en Bruselas fue patrocinado por Metrópolis (red internacional de 60 alcaldías y 145 grandes ciudades de todo el mundo), la OCDE y EuroCities (red de la Unión Europea que une a 200 ciudades en su búsqueda de soluciones contra el cambio climático y la desigualdad). El lema común: "búsqueda de soluciones locales para problemas globales”.
¿No es lo mismo?
Leópolis tuvo que construir un centro quirúrgico y de rehabilitación a toda prisa para acoger a los heridos producto de la invasión rusa a Ucrania. El área norte de Paríses la comunidad con mayor porcentaje migrante pobre de Francia y, por el cambio climático, la perspectiva de tener próximamente 50 grados centígrados en un verano sin agua pone en jaque a una de las más grandes urbes del mundo.
"Traer el caso de éxito de Barranquilla a estos escenarios es importante”, dice el alcalde Pumarejo. "Las instituciones financieras internacionales deben tener en cuenta que las necesidades de los países desarrollados (de la OCDE) y las de Colombia -con sus asentamientos y su economía informal, con el apremiante impacto del cambio climático, con inundaciones y deslizamientos- son diferentes”, añade el alcalde de Barranquilla.
Mismo hilo conductor
Si bien no es lo mismo hay un hilo conductor que atraviesa la historia urbana actual: las migraciones y el cambio climático y sus consecuencia. Estos son la falta de alojamiento, el impacto en servicios urbanos, las sequías, el aumento de las temperaturas y el problema del acceso al agua.
Montevideo -que está abasteciendo a su población con agua desalinizada- se lleva en la maleta el ejemplo de París. "Nosotros hemos tenido que cambiar muchas normativas para proteger los cursos de agua. Queremos saber cómo hizo la alcaldía de París para proteger el Sena. No para copiar, sino para aprender”, comenta la alcaldesa Cosse, que detecta responsabilidades también en el empresariado.
Por otro lado, Barranquilla no palidece ante iniciativas europeas de vivienda social. "El programa de vivienda en Colombia ha permitido comprar casa con pagos mensuales de 30 o 40 dólares al mes. Ha sido ejemplar”, apunta el alcalde de Barranquilla.
No obstante, "con ese tipo de vivienda social estamos desarraigando a las familias de sus barrios; los estamos dejando sin nuevas generaciones y sin capacidad de ingreso”, cuestiona Pumarejo. "Barranquilla, en cambio, está proponiendo alterar la regulación nacional para cambiar subsidios a nuevas viviendas por otros a la densificación de barrios hasta ahora catalogados como informales”, añade. Se trata de que las viviendas existentes puedan, por ejemplo, tener uno o dos pisos más.
Cien años no es nada
Como fuere, en la conferencia de Bruselas han convergido ideas y propuestas que tienen a la "ciudad” y las migraciones como motores de la historia global.
Teniendo en cuenta que para el 2200, diez mil millones de personas vivirán en diez mil ciudades que se verán atenazadas por el cambio climático, las cosas no pueden seguir como están. La acción de las "ciudades” es urgente. Y para ello, requieren recursos independientes de sus gobiernos nacionales, coinciden Montevideo y Barranquilla.
"Si las entidades financieras multilaterales pudieran dar a ciudades de Latinoamérica créditos a 25 años con posibilidades de inversión amplias, podríamos ver increíbles mejoras en preparación al cambio climático y en condiciones de vida de la población. Para que la migración no sea un problema, sino una bendición”, concluye Pumarejo.
(ers)